
Esta semana que pasó, la empresa de gas Vanti anunció que incrementaría sus facturas, a partir de febrero, hasta en un 36 por ciento para sus usuarios residenciales, comerciales e industriales regulados. La explicación de la compañía que suministra gas a grandes ciudades como Bogotá, Bucaramanga, Manizales, Pereira, Armenia, Ibagué, Neiva y Villavicencio, entre otras, es que hay un costo mayor del gas nacional a partir de 2025, una necesidad de incorporar gas importado para poder atender la demanda nacional y un incremento del transporte porque las nuevas fuentes de suministro de gas para el interior del país están en la costa Caribe.
La reacción del Gobierno era previsible. El ministro de Minas y Energía, Andrés Camacho, afirmó en su cuenta de X, y luego lo reiteró en entrevista con Caracol Radio, que “no hay argumentos para los incrementos de gas natural”, y que sería deseable que la Superintendencia de Industria y Comercio investigara a Vanti después del anuncio del incremento. Al tiempo, Ecopetrol publicaba un comunicado muy problemático con el titular: “Ecopetrol anuncia ventas de gas de los próximos años”.
El texto, de apenas dos páginas, dice que Ecopetrol se compromete a vender el gas que se necesita para los próximos años, sin especificar a qué años se refiere, ni cuánto gas puede tener disponible para los agentes del mercado. Dice, sí, que ese gas vendrá de tres campos: Cusiana, Cupiagua y Cupiagua Sur.
Vamos, entonces, por partes. Que el comunicado no especifique números, no diga cuánto gas tiene disponible, ni por cuánto tiempo, es un problema. Acá el punto es simple: ¿tiene Ecopetrol suficiente gas, en esos tres campos mencionados, para suplir la demanda que el país necesita en 2025, 2026, 2027 y 2028? Veámos las cifras, porque esta no es cuestión de opiniones. En diciembre pasado, vencieron cerca de 100 Gbtud existentes en los contratos en firme de estos tres campos (entiendan ese 100 como una demanda que, con producción y suministro, hay que cubrir). Según las declaraciones de producción de 2024, que son públicas, el volumen total disponible para la venta, en Cusiana y en Cupiagua, en ningún caso llega a los 100 Gbtud que se necesitan. En los cuadros (Ver imagenes) que proyectan lo que pueden ofrecer en los años siguientes esos campos, el mejor año en Cupiagua es 2026 con 58 Gbtud, y en Cusiana es 2033 con 43 Gbtud. Muy lejos de 100 Gbtud.
Por supuesto, y perdonen los tecnisismos, pero en este caso puntual son muy importantes, la pregunta clave es: ¿cómo se va a atender esa demanda, que no desaparecerá como por arte de magia? Luego no es cierto que la demanda esté cubierta, ni en este 2025, ni en los próximos años. Hay un claro déficit que, también es importante decir, no es de exclusiva responsabilidad del actual gobierno. La producción natural de los campos de hidrocarburos siempre tiende al declive, y eso es normal, luego la siguiente pregunta es: dado que la demanda seguirá creciendo, especialmente la de gas, ¿cómo podremos cubrirla sin éxitos exploratorios? Es claro que la política del actual gobierno es cero exploración, y sin ella, ¿de dónde saldrá el gas que necesitamos? La respuesta en el corto plazo: con importación. El comunicado de Ecopetrol, además, señala un punto clave cuando afirma: “En las próximas semanas y una vez el regulador expida nuevas medidas sectoriales que ha anunciado, Ecopetrol podrá ofrecer al mercado cantidades adicionales de gas respaldadas con gas nacional o importado”. La negrilla y la cursiva es mía. ¿Acaso el gas que importará Ecopetrol le saldrá más barato que el que ahora importan Vanti y otras empresas? Por supuesto que no.
Sobra decir que la Superintendencia de Servicios Públicos, cumpliendo la orden del ministro Camacho y del presidente Petro, realizó una visita a la empresa Vanti, que el presidente de la compañía calificó como “injusta”. Luego añadió que “los productores pueden confirmar que no pudieron renovarnos los contratos en las mismas condiciones y el gas importado permite garantizar el abastecimiento mientras entran en producción las nuevas fuentes”. Esto es correcto. Sin ese gas importado, traído por Ecopetrol, como dice el propio comunicado, o por las empresas, lo que habría sería un racionamiento.
La semana pasada, en esta columna, pregunté las razones de la renuncia intempestiva, el 31 de enero, del viceministro de Energía Javier Campillo. Los motivos los anticipó él mismo en su cuenta de X:
¿Se estaría refiriendo a estas cosas mencionadas acá, y a otras que están por venir?
Amanecerá y veremos, así estemos a oscuras.
