El fiscal delegado para pedir la preclusión a favor del expresidente Álvaro Uribe se reveló al mismo tiempo como un incompetente y como un activo ocultador de las pruebas que afectan al poderoso imputado. El fiscal Javier Cárdenas Pérez se presentó sin conocer el proceso, con el propósito claro de lograr el archivo del caso pero sin haberse tomado la molestia de estudiar el expediente. Confundió nombres, mezcló circunstancias, atacó testigos y repitió varias veces algunas piezas procesales como si hubiera olvidado que ya las había presentado.
La primera semana de sesiones terminó con más agotamiento que claridades. La ineptitud del delegado fiscal ya sería suficientemente grave pero hay algo aún peor: en su afán por precluirle el caso al expresidente, ocultó unas pruebas y leyó otras de manera enrevesada para darles un alcance que no tienen.
Presentó, por ejemplo, declaraciones del padre y el hermano de Juan Guillermo Monsalve descalificando al testigo, pero no contó que existen evidencias que demuestran que esos familiares estaban inducidos por el ganadero Juan Guillermo Villegas, amigo de Álvaro Uribe y antiguo patrón del padre de Monsalve, quien además los llevó con un abogado para que los preparara para la declaración.
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En el sumario hay registro de las comunicaciones de Villegas con la familia del testigo: “el teléfono de Laura Monsalve reportó 4 llamadas entre las 11:50:27 y las 13:16:42, es decir, momentos después de iniciada la diligencia en la Corte con Oscar Monsalve Correa, y una hora después de terminada la misma”.
La investigación de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia encontró que Juan Guillermo Villegas “controla los movimientos de la familia Monsalve Pineda, conoce a todos sus miembros, sabe de sus actividades o le deben informar de las mismas y de su ubicación”.
Juan Guillermo Villegas también fue interceptado hablando con el expresidente Álvaro Uribe en varias ocasiones. Una de esas comunicaciones muestra que Uribe sabía desde 2015 que estaba interceptado. De ahí salió su célebre frase “nos están oyendo esos hijueputas”.
Después de esta advertencia, la posibilidad de que usaran expresiones comprometedoras en las llamadas era muy remota. Sin embargo, en algunos momentos la embarraron.
En su propósito de archivar el caso, el fiscal Cárdenas asegura que el autodenominado abogánster Diego Cadena jamás le ofreció nada al testigo Juan Guillermo Monsalve. En el expediente hay pruebas de lo contrario. Cadena le ofreció al testigo elaborarle gratuitamente un recurso ante la Corte Suprema. Lo más importante, hay también una demostración de que Álvaro Uribe autorizó de viva voz que le hicieran la oferta a Monsalve. Recuerden la frase “proceda, doctor Diego”.
El fiscal Cárdenas, que en realidad opera como parte de la defensa del expresidente, asegura que Enrique Pardo Hasche y Carlos Eduardo López, alias Caliche, no le pedían a Juan Guillermo Monsalve declarar a favor de Álvaro Uribe sino decir la verdad. Esa afirmación es falsa.
Una de las grabaciones efectuadas por Juan Guillermo Monsalve desmiente al fiscal Cárdenas. El video registra a Enrique Pardo Hasche, condenado secuestrador, diciéndole que se voltee porque “Cepeda va a quedar en la olla”, “Uribe es Dios” y que “se pase para el lado de este señor”.
Otra prueba omitida por el fiscal muestra a Carlos Eduardo López Callejas, alias Caliche, un sujeto de muy escaso nivel intelectual que inexplicablemente conoce con precisión que el término legal para presentar un recurso judicial ante la Corte Suprema se le vence a Álvaro Uribe el siguiente viernes y le dice al testigo Monsalve “sería muy bueno que usted diera la declaración, así fuera por este medio mío, diciendo de que (sic) el hombre ese le ofreció prebendas que nunca pudo, que nunca le cumplió a cambio de enredarlo a él”.
El fiscal también distorsiona los hechos cuando dice que la entonces esposa de Juan Guillermo Monsalve grabó su encuentro con el abogado Diego Cadena. La verdad es que la grabación fue efectuada por agentes del CTI que trabajaban para la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia y existe la orden del alto tribunal. La médica Deyanira Gómez fue alambrada ese día en un despacho judicial por una técnica que puso una grabadora en su ropa interior.
El fiscal tampoco dice que la grabación efectuada por Diego Cadena de esa conversación es notablemente más corta y que en varias conversaciones interceptadas, Cadena reconoce que la mandó a editar a un sitio especializado.
En su empeño de ocultar todo lo que le sea contrario a Uribe, el fiscal Cárdenas incluso omitió piezas de la propia Fiscalía. Por ejemplo, dejó de presentar el interrogatorio que Diego Cadena respondió al fiscal Daniel Hernández en donde reconoce que cometió “errores”, que son los mismos presuntos delitos que ahora el fiscal/defensor quiere negar. En su momento, el periodista Juan David Laverde de Caracol reveló esta diligencia.
La curiosa teoría del fiscal Cárdenas sostiene que no es que los tres sujetos le pidieran a Juan Guillermo Monsalve que cambiara su testimonio sino que era Monsalve el que quería retractarse y mandaba razones de eso. ¿Y entonces, señor fiscal, si el testigo se quería retractar por qué no se retractó?
