El primer deber de un reportero es el escepticismo. Hacer preguntas, no tragar entero, oír las fuentes y desconfiar de todas, especialmente de las oficiales. La periodista Jineth Prieto cumplió cabalmente con ese mandato de nuestro oficio en una investigación suya publicada en La Silla Vacía que tituló “La Fiscalía tergiversa la prueba reina en el caso contra Uribe”. Su trabajo quizás sirva para demostrar que el plan para lograr la impunidad del poderoso exmandatario ya cruzó la frontera del Código Penal.
La historia es la siguiente: El testigo Juan Guillermo Monsalve, condenado y preso en la cárcel La Picota, grabó con una cámara espía oculta en un reloj varias de las presiones a las que fue sometido por el autodenominado abogánster Diego Cadena y el secuestrador Enrique Pardo Hasche. Sin embargo, el fiscal Javier Cárdenas pidió la preclusión del caso asegurando que la grabación está editada y que lo que se oye no prueba nada. Cárdenas dijo, además –sin ninguna evidencia que lo respalde– que quien editó la grabación fue la médica Deyanira Gómez, por aquellos días compañera sentimental del testigo.
La investigación de Jineth Prieto demuestra que lo que el fiscal Cárdenas llama edición “compromete un solo segundo, entre el minuto 7:45 y 7:46, de los 18 minutos de grabación”. En ese segundo –lo que dura un parpadeo– aparecen unas imágenes que Deyanira Gómez, con quien hablé después de la audiencia, dice no reconocer: un mapa, un mimo, dos gatos.
Curiosamente esa imagen aparece ahora en la revisión del fiscal Cárdenas, pero no fue vista cuando la analizaron técnicos calificados de RTVC, el sistema nacional de medios públicos, por encargo de la Corte Suprema.
Las sorpresas siguen. La periodista muestra que “En el audio es claro que el abogado Cadena le dice a Monsalve: ‘Usted necesita un beneficio de alguna forma’. La Fiscalía en su transcripción cambió el sentido de la afirmación y la puso como si un interlocutor lo hubiera dicho en función de sus intereses propios: ‘Tengo un beneficio, de alguna forma’”.
Es decir, la Fiscalía altera el sentido de la conversación para quitarle la oferta de beneficios al testigo Monsalve por parte de Diego Cadena, el enviado del expresidente Uribe.
Aún más grave, como lo dice claramente la investigación periodística “La Fiscalía omite el momento en el que Cadena presiona a Monsalve”. Esa parte de la grabación sencillamente desaparece en la transcripción aportada por el fiscal Cárdenas. El abogánster Cadena dice que no quiere presionar al testigo mientras efectivamente lo presiona:
–Una pregunta, Juan Guillermo, que se acaba el tiempo. Entiendo todo lo que usted dice y no quiero que tenga el mínimo grado de presión. Entonces le hago una pregunta a usted. En el tiempo, mañana por la mañana, tendríamos que hacerlo ahora. Al menos para abrir un poquito la puerta, algo cortico: Yo, Juan Monsalve, estoy dispuesto a esclarecer unos hechos…
–No, doctor, ¿después de que yo firme eso qué? –cuestiona Monsalve– No… le pregunto al doctor.
La visita para presionar al preso ocurrió un día antes del vencimiento del plazo para que Álvaro Uribe presentara un recurso ante la Corte Suprema. Eso explica la premura de Cadena.
Sin embargo, Jineth Prieto encontró que “la transcripción de la Fiscalía cambia el sentido de las afirmaciones de Cadena cuando le dice a Monsalve que podría venir al día siguiente para tomar su versión. En el audio se entiende que el abogado habla de la urgencia porque dice que ‘mañana a primera hora se vence el recurso’ (…) Sin embargo, la transcripción de la Fiscalía cambia ‘vence’ por ‘mete’, lo que daría a entender que Cadena está haciendo una afirmación sobre algo que va a hacer y no dando una explicación sobre por qué necesita la declaración de Monsalve”.
La circunstancia que anota la periodista queda clara en esta afirmación de Cadena:
–Lo que yo digo es… redactemos el hijueputa documento. Si no yo vengo mañana. Mañana, a primera hora presento el recurso. Eso es importante. La más importante de todas las declaraciones que hizo falta. Llevo cuatro…Las tengo ahí afuera en la camioneta”.
La prueba que la Fiscalía de Francisco Barbosa intenta descalificar ha estado a la vista de todos desde hace dos años. Sin embargo, lo más grave es que funcionarios de la Fiscalía alteraron una evidencia para lograrlo. Ese es un delito que contempla penas de 4 a 12 años de cárcel.
Jineth Prieto, una joven periodista cumpliendo con su deber, los descubrió.
