Jorge Espinosa
5 Enero 2025 03:01 am

Jorge Espinosa

¿El hambre sí se redujo en Colombia?

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El presidente Petro, en su última alocución de 2024, señaló 11 logros de su gobierno. Lo hizo en un video de 24 minutos desde una tienda en el barrio Pescaíto, en Santa Marta. Entre otras cosas, mencionó una que es fundamental y que tiene que ver con el hambre: según los datos oficiales, en 2023 el Gobierno sacó del hambre en Colombia a 2,5 millones de personas. “Oigan bien esa cifra”, decía el presidente Petro, “en un año, en sólo un año, 2,5 millones de personas como usted tienen un plato de comida en la mesa”. No es la primera vez que el Gobierno habla de esto. Ya en junio del año pasado, el Departamento Administrativo de Estadística (Dane) publicaba un reporte (junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO) en el que decían lo mismo: el número de personas con hambre se redujo en 2023 en comparación a 2022.

En ese momento, el economista Andrés Bodensiek (pueden leer su perfil acá) señaló en La Silla Vacía que el Gobierno había cambiado la metodología para la medición del hambre, pero que no la había disminuido. Lo primero que señalaba Bodensiek es que las cifras presentadas por el DANE no coincidían con las del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas. La diferencia, señala, es casi de 500.000 personas entre lo que dice el organismo estatal y lo que dice el programa de la ONU. ¿Qué explica esta diferencia? Según Bodensiek, que el Programa Mundial de Alimentos sólo tiene una categoría: “Personas con consumo insuficiente de alimentos”, pero “la nueva medición del Dane divide ese grupo en dos principales: el de inseguridad alimentaria moderada o grave, por un lado, y el de inseguridad alimentaria grave, por el otro”.

Bodensiek, en entrevista con Caracol Radio la semana pasada, dice que la última cifra actualizada del Mapa Mundial del Hambre en vivo que se puede revisar en aquel link, es aún más dramática: según la última actualización en noviembre de 2024, 19,2 millones de colombianos viven en situación de inseguridad alimentaria, que es lo mismo que un consumo insuficiente de alimentos. Recuerden que, según las cifras del Gobierno colombiano, para 2023 había 17,2 millones de personas en esa situación, mientras que Naciones Unidas hablaba de 17,7. Es claro que el problema del hambre, si la metodología de la ONU es correcta, ha empeorado en el país. 

Para escribir esta columna, le pregunté a Bodensiek por qué confiaba más en las cifras del programa mundial de alimentos que en las del Dane, las mismas publicitadas por el gobierno del presidente Petro. Me dijo que la herramienta del programa mundial de alimentos lleva más de una década midiendo alrededor de 40 países, y que eso le permite tener solidez estadística. “Esto le permite hacer predicciones casi en tiempo real de la situación, gracias a unas entrevistas telefónicas que hacen de de manera permanente”. En efecto, en la página del programa mundial de alimentos explican que ellos llevan a cabo un seguimiento continuo de la seguridad alimentaria mediante entrevistas telefónicas asistidas por computadora (CATI) a través de centros de llamadas. “Estos datos se recopilan de forma continua, distribuidos uniformemente a lo largo de los últimos 28/30 días calendario o durante un período de tres meses”. 

Estos datos, añaden, tienen una ventaja: están disponibles con mayor frecuencia y se procesan diariamente a través de motores estadísticos automatizados. Tal vez sería buena idea que el Gobierno colombiano, este y otros, tengan en cuenta estas cifras para tomar buenas decisiones de política pública. Es importante señalar, también, que Bodensiek no está diciendo que la culpa del hambre en Colombia es del gobierno de Gustavo Petro. No lo es. Lo que está pidiendo, y no es el único, es que el Dane aclare algunas dudas metodológicas sobre la forma como está midiendo, no sólo el hambre, sino otros indicadores estadísticos. Ya sabemos que, con la cifra de la productividad, también hubo serios cuestionamientos. En el caso del hambre, a diferencia de lo que dijo el presidente Petro en su alocución, el problema no sólo persiste, sino que se agrava.

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