Juan Camilo Restrepo
28 Diciembre 2023

Juan Camilo Restrepo

Esperando a Godot

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Se nos acabó el año esperado a Godot como en la famosa obra de teatro de Samuel Beckett. En este caso, un plan de recuperación de la economía que muestra graves signos de deterioro. Sin embargo, el ambicioso plan de choque que tanto se esperaba nunca llegó, a pesar de que se anunció profusamente. Y como en la obra del dramaturgo irlandés lo único que se vislumbra en los últimos días de 2023 es una sombra de malos augurios.

Las que sí llegaron fueron las noticias de que la economía sigue en picada. A las cifras del tercer trimestre (julio- septiembre) que fueron negativas, habría que sumarles ahora las también negativas correspondientes a octubre (-0,4%) que divulgó recientemente el Dane. Estamos pues a dos escasos meses -de continuarse la tendencia que traemos- para que se complete lo que usualmente se denomina “recesión técnica”, que no es otra cosa que dos trimestres consecutivos de signo negativo en los guarismos de crecimiento.

Pero ya sea que formalmente entremos o no en una recesión cosa que sabremos una vez el Dane divulgue los datos para los meses de noviembre y diciembre de 2023, lo cierto es que la economía colombiana está transitando una época de franco deterioro. Las expectativas del PIB para el año en curso y el entrante se han castigado a la baja por casi todos los observadores. Y aunque se esperaba un periodo de mal crecimiento no se había contado con que fuera tan brusca su caída.

El Banco de la República en su última reunión del año se compadeció del mal estado de la economía y piadosamente redujo un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia al ubicarla en el 13 por ciento. 

No es mucho, pero algo sirve. Ahora todo va a depender de cómo se sigue comportando la inflación. Si el Banco Emisor se convence de que la reducción del índice de precios es sólida y duradera, probablemente durante el primer trimestre de 2024 seguirá modulando este importante indicador a la baja. De lo contrario, se va a quedar quieto en el 13 por ciento por un periodo largo hasta que lo dejen tranquilo las noticias inflacionarias.

La urgencia de un plan de reactivación robusto de la economía liderado por el gobierno, pero acompañado por el sector privado, sigue siendo de prioridad inmediata. Las disponibilidades fiscales del gobierno para ponerlo en marcha no son abundantes toda vez que 2024 será extremadamente estrecho como lo expliqué en mi articulo de la semana pasada desde las páginas de esta revista. Más aún: el año entrante puede ser cuando se dé el incumplimiento de la regla fiscal como van las cosas. Y ni siquiera se han contabilizado en los programas de gastos los costos que puedan acarrear las reformas que empuja con más ánimo político que circunspección fiscal el gobierno.

Pero el plan de choque sigue siendo una urgencia desapercibida como la aparición de Godot en la obre de Beckett. Algo hay que hacer y rápido para desatascar la vivienda que continúa registrando una caída interanual cercana al 50%. Algo hay que hacer también, y rápido, para que las obras en infraestructura arranquen toda vez que están prácticamente paralizadas. Algo habrá que hacer y pronto para que el gobierno pase del modo discursivo al modo ejecutor. Algo habrá que hacer, y pronto, para que la confianza del sector privado se recupere. La inversión ha caído a su nivel más bajo de la última década.

La obra de Beckett termina sin que se logre ver nunca a Godot al que el auditorio espera anhelante. Lo único que se percibe es una furtiva sombra al final de la obra. Ojalá no suceda lo mismo con el plan de choque de la economía: necesitamos que se vea y no sea simplemente una sombra furtiva.
 

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