Joaquín Vélez Navarro
1 Febrero 2024

Joaquín Vélez Navarro

Sofía Vergara, Griselda y la imagen de Colombia en el exterior

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Un usuario escribió en X que Sofía Vergara estaba degradando la imagen de Colombia porque en una estación de trenes en París se estaba proyectando la publicidad de la nueva serie Griselda, que trata sobre la vida de una de las fundadoras del Cartel de Medellín, conocida como “la viuda negra” o la “madre de la cocaína”. El mensaje, que ha sido reposteado por más de 600 usuarios y al cual le han dado me gusta más de mil personas, concluye que esa “imagen traqueta de narcos, nos hace daño a los colombianos en el exterior”, lo que “es peor que quemar la bandera”. 

Al parecer, para muchos la fama que tiene Colombia a nivel mundial por el narcotráfico no es porque el país haya sido uno de los grandes productores de marihuana durante los 70s, ni porque desde hacer varias décadas sea el mayor productor de coca en el mundo. Tampoco tiene que ver la constante violencia que han practicado quienes se dedican o han trabajado en ese negocio. Mucho menos que los periódicos internacionales estén plagados con noticias como el crecimiento histórico de los cultivos de coca, el asesinato de varios candidatos presidenciales y políticos en el siglo pasado, la bomba a un avión comercial y otros actos de violencia como consecuencia del narcotráfico. Nada tiene que ver tampoco que en cada esquina de Cartagena o Medellín les ofrezcan drogas a los extranjeros. No. Para ellos la culpa de la imagen del país no es la realidad sino las representaciones que se hacen de esta. Las narco novelas (así como las series y películas sobre el tráfico de drogas y sus principales protagonistas), ya tan trilladas, siguen siendo señaladas como las responsables de que cualquier extranjero nos asocie a las drogas ilícitas, o a los más horribles personajes que han participado en el tráfico de esas sustancias. La realidad, por el contrario, parece no tener nada que ver con este estigma que sigue persiguiéndonos. 

Es triste, irritante y frustrante que casi todas las veces que uno dice que es colombiano en otro país, o a un extranjero, lo sigan tildando y relacionado con el narcotráfico, o con personajes tan nefastos como Pablo Escobar. Sin duda, las manifestaciones artísticas sobre este fenómeno hacen que esta triste realidad colombiana se reproduzca. La imagen del país, sin embargo, no se degrada a través de series como Griselda, que en últimas solo están contando una parte de nuestra historia. Es la realidad colombiana, así nos duela y queramos desmarcarnos de ella, la que nos ha hecho ganar esa reputación, y esconderla o negarla no va a cambiar en nada lo que piensan de nosotros por fuera, mucho menos cuando Colombia sigue siendo el mayor productor de coca en el mundo y además sigue batiendo records en esa materia.  

Pensar que la gente en Francia, o en cualquier otra parte, va a cambiar la imagen que tiene de Colombia por una publicidad sobre Griselda, es ser demasiado ingenuo. Los franceses, con o sin este tipo de series, tienen perfectamente claro de dónde viene la Caroline que a muchos de ellos tanto les gusta. Los indignados, en vez de estar tratando de tapar el sol con un dedo, y de estar tan preocupados por negar una realidad del país, deberían estar contentos de que, en últimas, pocas de las cosas que ayudan a que se nos relacione por algo más que ser productores de cocaína, son las personas que con su talento muestran que somos buenos para muchas otras cosas. La forma de borrar una mala imagen no es ocultándola ni dándole la espalda. La mejor forma de cambiarla es mostrando nuestras distintas virtudes. Sofía Vergara, junto a muchos otros colombianos como Shakira y García Márquez, son los que más nos han ayudado en esa labor. Culparla ahora, por la fama que tenemos, es ir demasiado lejos. 

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