El drama de la libertad

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17 Febrero 2025 06:02 am

El drama de la libertad

Para la profesora y escritora Viridiana Molinares Hassan, la libertad de decisión, ideal central de la democracia, se convierte en una fuente de tensión en momentos difíciles de elección de gobernantes cuando la sociedad se encuentra sumida en la incertidumbre y el desasosiego.

Por: Viridiana Molinares Hassan

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Elegir a un presidente es un acto que nos sitúa en un tiempo y lugar determinados, y que exige conocer los asuntos que propone, así como comprender el presente e intuir el futuro. Este ejercicio de libertad para decidir implica la capacidad de dudar, la cual se ve influenciada y, en ocasiones, restringida por factores tanto internos (endógenos) como externos (exógenos).

Elegimos en función de nuestros sentimientos, nivel de vida, educación, convicciones religiosas, cultura y aspiraciones personales. También influyen en nuestras decisiones la información que recibimos y el país donde vivimos. Así, la libertad de decisión se convierte en un drama al intentar conciliar nuestra individualidad con la sociedad de la que formamos parte.

En Colombia, la compra y venta de votos ilustra claramente esta problemática. Se contraponen dos intereses: el del político que, para alcanzar cargos de gobierno, ofrece dinero, materiales de construcción, becas, contratos y otros beneficios, a sabiendas de que comete un delito; y el del ciudadano que, necesitado de estos recursos, prioriza la satisfacción de su interés individual inmediato sobre la apuesta a un proceso que, tal vez a largo plazo, conduzca a la solución de problemas colectivos.

La libertad de tomar decisiones conlleva una responsabilidad personal por las consecuencias que de ellas se deriven. En el ámbito penal, para que alguien sea considerado responsable por culpabilidad, debe ser imputable, actuar con dolo (intención) o imprudencia y tener la libertad de decidir en el momento de cometer el acto. En el ámbito político, si el sistema de justicia es eficaz, quien ofrece dinero a cambio de votos debe ser responsabilizado por sus acciones. No obstante, se presenta una dificultad en el momento de determinar la responsabilidad y asignar una sanción a aquellas personas que, sin formar parte de una organización delictiva dedicada a la compra y venta de votos, aceptan beneficios como materiales de construcción para solucionar de manera inmediata problemas apremiantes como la falta de vivienda.

La libertad de elección

La democracia liberal nos presentó la paradoja del desarrollo individual en una sociedad donde la libertad de decisión política conlleva decisiones colectivas. Actualmente, enfrentamos otra paradoja: problemas globales como el cambio climático, la inseguridad alimentaria, el desempleo y las migraciones coexisten con un consumo excesivo que reafirma el individualismo. Por lo tanto, elegir a un gobernante no solo define el futuro de un país, sino también el del planeta, como evidencian las decisiones de líderes influyentes.

Un análisis de las democracias nos lleva a cuestionar la naturaleza misma de la libertad de elección. ¿En qué tipo de democracia podemos elegir libremente? ¿Qué factores determinan nuestra capacidad de elegir libremente? ¿Es la libertad de decisión en política una realidad o una ilusión?

En las democracias de Europa occidental, desarrolladas bajo un sistema parlamentario, se observan índices de bienestar superiores a los de las democracias latinoamericanas. Sin embargo, esa misma Europa, abanderada de la libertad, contempla el mar Mediterráneo –como me señaló una profesora italiana– como una tumba de migrantes. Estos, impulsados por la violencia y la falta de oportunidades en sus países de origen, se lanzan al mar, enfrentando opciones igualmente negativas: permanecer en sus lugares de origen y morir de hambre o a causa de la violencia, perecer en el intento de cruzar el mar o llegar a algún país europeo para ser perseguidos.

Crédito: Germán Hernández y Carlos Sanabria.
Crédito: Germán Hernández y Carlos Sanabria.

Sobre este tema, el filósofo esloveno Slavoj Žižek, en su libro La nueva lucha de clases: los refugiados y el terror (2016), afirmó que “nuestro –de Europa– objetivo justo debería ser intentar reconstruir la sociedad global de tal modo que los refugiados ya no se vieran obligados a vagar por el mundo...”.

Ante esta situación, cabe preguntarse: ¿cómo se ejerce la libertad de elección de los gobiernos europeos, antes, durante y después de 2016?

Estado de las democracias

Si pasamos a la democracia de Estados Unidos, encontramos que hoy, debido a las decisiones de su presidente sobre la expulsión de población migrante en situación irregular, el retiro de organismos multilaterales, la cancelación de ayuda humanitaria a nivel mundial y el afianzamiento de una política nacionalista que, de acuerdo con muchos analistas, puede llevar a su propia implosión interna, podemos preguntarnos: ¿cuáles fueron los factores internos y externos clave que influyeron en la elección de su presidente? ¿Son los votantes responsables ante el mundo de las consecuencias negativas que este gobierno pueda acarrear a nivel global? ¿Qué tipo de responsabilidad se le podría atribuir a un gobierno cuyas acciones impacten negativamente las condiciones de vida de miles de personas? 

Finalmente, si observamos las democracias latinoamericanas que siempre han convivido con la violencia y la desigualdad social, encontramos una población joven que heredó un pasado de corrupción y enfrenta una crisis económica. Y una discusión entre gobiernos de izquierda y de derecha que generan polarización y populismos y que no han logrado articular un sistema de cooperación eficaz que permita el desarrollo regional, no obstante que es aplaudible la superación de regímenes militares que caracterizaron buena parte del final del siglo XX.

Reflexionar sobre el estado de las democracias implica examinar la libertad de elección en contextos complejos. La libertad de decisión, ideal central de la democracia, se convierte en un drama y una fuente de tensión en momentos difíciles de elección de gobernantes, cuando la sociedad se encuentra sumida en la incertidumbre y el desasosiego. 
 

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