Yohir Akerman
20 Febrero 2022

Yohir Akerman

Abelardo Saabía

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Los abogados saben que lo complicado legalmente siempre está en la letra chiquita, en los detalles. Y esta es una historia de eso. De letra chiquita. De los pormenores.

La Corte del Distrito Sur de la Florida tomó una decisión inesperada en el caso del barranquillero Álex Saab Morán, que seguramente tendrá importantes consecuencias para algunas personalidades de la izquierda y la derecha colombiana. Por ahora centrémonos en la derecha.

Un artículo publicado este miércoles 16 de febrero, por el periodista Joshua Goodman de AP, establece que en la audiencia presidida por el juez Robert N. Scola Jr., el tribunal determinó que se debía levantar el sello de confidencialidad de dos documentos, que, hasta ahora, habían sido secretos dentro del proceso. Las entradas 25 y 26 del expediente de ese caso en contra de Saab, que tanto la defensa como la Fiscalía estaban intentando mantener selladas, se hicieron disponibles para el público.

El artículo de AP explica que la defensa y la Fiscalía argumentaron que, si el gobierno de Venezuela se enteraba del contenido de los archivos 25 y 26, se corría peligro para la familia de Saab que sigue en ese país a merced del régimen de Nicolás Maduro.

¿Por qué tanto misterio con esos archivos?

Simple. Porque demuestran que el empresario barranquillero estaba siendo informante y colaborador de la justicia americana, en específico la DEA, en relación a las operaciones de lavado de dinero con funcionarios del gobierno venezolano.

documento

Por eso regresemos a los documentos 25 y 26 del expediente de la Corte en Florida, que tanto estaban buscando mantener confidenciales. Para entender su importancia es mejor hacer una línea de tiempo.

Saab fue detenido el 12 de junio de 2020 en Cabo Verde. Los registros 25 y 26 están fechados el 23 de febrero de 2021, es decir casi ocho meses antes de ser extraditado a Miami el 16 de octubre de 2021. Desde entonces los documentos habían permanecidos secretos y sellados.

El archivo 25 simplemente contiene los detalles jurídicos para mantener la orden de sellado y confidencialidad. El documento 26 es una notificación en parte realizada por la Fiscalía de Estados Unidos adicionando hechos que reafirmaban la solicitud de los abogados de Saab, de quitar la orden de fugitivo. Esto para que pudiera venir en sus propios términos a entregarse a la justicia de Estados Unidos.

En esos documentos se describen algunos pormenores de la colaboración de Saab con la justicia americana que, según los agentes estadounidenses, se reunieron por primera vez con el barranquillero en Bogotá, durante dos días diferentes: el 8 y 10 agosto de 2016. No olvidemos esas fechas. En esa reunión Saab entregó a los agentes de la DEA y el FBI detalles de las operaciones ilegales y los movimientos de dineros.

Posteriormente, el 28 de noviembre de 2017, otra fecha que hay que recordar, se reunió de nuevo con agentes especiales de la DEA y un fiscal federal adjunto para entregar más pormenores.

Después de varias reuniones, el 27 de junio de 2018, Saab firmó un acuerdo de cooperación con la DEA y se convirtió oficialmente en un informante activo, comunicándose constantemente con los agentes por teléfono, mensajes de texto y de voz, admitiendo que era una pieza clave de un entramado de lavado de activos y testaferrato para el régimen de Maduro.

El documento 26 también muestra que, como parte de ese acuerdo, Saab le entregó a la DEA la suma de casi 10 millones de dólares de ganancias obtenidas por actividades ilícitas, lo que, en relación con la mega fortuna que ha hecho robando de las arcas de Venezuela, es una mera propina a la justicia americana. Casi, casi, casi que la menuda de monedas que cargaba en el bolsillo en una de las reuniones.

El 4 de abril de 2019, Saab Morán, representado por su abogado estadounidense, se reunió con agentes especiales de la DEA y fiscales de la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos y del Departamento de Justicia en Europa. En esa reunión, recibió una fecha límite para entregarse a la justicia estadounidense en el Distrito Sur de Florida y enfrentar la justicia en relación con su conducta criminal. Se le informó que, si no se entregaba antes del 30 de mayo de 2019, ya no seguiría siendo una fuente colaboradora y sería acusado penalmente en el Distrito Sur de Florida y buscado para su captura.

Y así sucedió.

Pero volvamos a las fechas que les dije que no olvidaran. En las citas del 8 y 10 de agosto de 2016, al igual que en la del 28 de noviembre de 2017, en las que explicó en detalle parte de sus actividades ilícitas de lavado y blanqueamiento de fondos para el gobierno de Venezuela, los documentos recientemente desclasificados establecen que Saab estaba en compañía de su “abogado colombiano”.

No solo eso, el documento acompaña esa mención de un pequeño número uno, que invita a leer una nota al pie que casi pasa desapercibida. La letra menuda en ese pie de página establece grandes hallazgos que no corresponden al pequeño tamaño de los caracteres usados.

La referencia de ese pequeño 1 dice que ese abogado colombiano es “la misma firma de abogados colombiana que emitió un comunicado de prensa cuando Saab Morán fue sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos el 25 de julio de 2019, el mismo día en que Saab Morán fue acusado en este caso penal en el Distrito Sur de Florida”.

Nota al pie

Fuera de eso, invita a ver “el anexo 1” titulado DE 24, en el archivo de la Corte. Al buscar ese documento en la maraña de la biblioteca judicial, se encuentra uno con que es, nada más ni nada menos, que el comunicado de la firma De la Espriella Lawyers Enterprise, del polémico abogado Abelardo de la Espriella, emitido en español el 25 de julio de 2019, cuando Saab fue incluido en la lista OFAC. Incluso lo ponen traducido oficialmente al inglés. 

Lo que muestra el documento recientemente desclasificado es que Abelardo sabía de las actividades ilícitas de su cliente, en confabulación con el régimen de Maduro, desde agosto de 2016. Esto, pese a defenderlo como un simple empresario honesto todos esos años.

De acuerdo con la ley de Estados Unidos, cuando Saab fue sancionado por la OFAC, De la Espriella ya debía haber renunciado a su defensa, puesto que el penalista es un residente permanente de Estados Unidos, y por lo tanto está obligado a obtener una licencia especial de la OFAC, para que él o cualquier empresa en la que tenga intereses, representen a una persona sancionada. De pronto por eso es la mención en la nota al pie.

Anexo

Pero sigamos con la línea de tiempo porque después de esas reuniones con la DEA y el FBI es que se pone bueno, y que pueden venir otras razones para esa mención de pie de página.

Recordemos que, en la madrugada del 24 de septiembre de 2018, autoridades colombianas y de Estados Unidos tenían listo el operativo para capturar a Saab en Colombia. La operación falló, ya que para ese momento el policía Eddie Pinto Rúa, quien investigaba al barranquillero por encargo del agente de la DEA Edward Martínez, contactó a una abogada de la firma De la Espriella Lawyers, para anunciarle que el empresario y sus colaboradores serían arrestados.

En la reunión, el policía Pinto Rúa, que trabajaba para la sala de interceptaciones Rojo del SIU-Dijin, le entregó detalles importantes de la investigación en contra de Saab. Datos como que, fuera de ser investigado por lavado de activos, también era indagado por terrorismo, por su apoyo al grupo Hezbolá.

Declaración

El policía Pinto Rúa fue condenado por soborno, al aceptar que recibió un teléfono celular de los abogados de De la Espriella Lawyers en contraprestación por la información que entregó. Pese a que se encontró culpable al policía que recibió el iPhone, nunca se ha juzgado a los abogados que entregaron las presuntas dádivas.

Pero hay más.

El 1 de junio de 2020 el profesor universitario de Miami, Bruce Bagley, se declaró culpable ante un tribunal federal de Nueva York de haber lavado dinero para Saab entre 2017 y 2019. Bagley, que era un especialista en prevención de lavado de dinero, de un momento a otro, decidió saltar de la teoría a la práctica.

El profesor confesó que blanqueó 3 millones de dólares para Saab, provenientes de corrupción en Venezuela y por eso se convirtió en una pieza clave dentro de la investigación.

Según los documentos judiciales, el gobierno confiscó un total de 300.000 dólares que el profesor se descontó como comisión por facilitar el lavado en Miami de múltiples transferencias. El resto, 2.7 millones de dólares, los transfirió a un coconspirador, identificado por la acusación como “Individuo 1”.

En la letra chiquita se puede identificar al Individuo 1 con el nombre de Jorge Luis Hernández, alias Boliche, quien es un exnarcoparamilitar vallenato, hoy informante de las agencias antinarcóticos estadounidenses.

Según una investigación de Gerardo Reyes en Univisión, diferentes fuentes le aseguraron a ese periodista que alias Boliche usó parte de ese dinero para pagar a abogados de Saab, que le estaban ayudando con acercamientos con las agencias de Estados Unidos. Ahora tiene más sentido.

Los diferentes abogados que ha tenido el barranquillero han negado esto. Y aunque Abelardo de la Espriella le dijo a Reyes que no conocía detalles del profesor Bagley, sí aceptó haber recibido honorarios de Saab, o el reconocido lavador del régimen venezolano, y de su socio Álvaro Pulido, enfatizando que esos dineros “fueron debidamente reportados a las autoridades”.

Pero existe un datico que llama la atención.

Como lo he establecido en el pasado, dentro de la demanda civil infructuosa que el abogado De la Espriella le instauró en Estados Unidos en febrero de 2018 al periodista Daniel Coronell por una columna titulada “El avión”, demanda que tuvo que retirar dos años después, uno de los dos testigos que incluyó para demostrar el apócrifo daño que el artículo le hizo a su reputación, fue el profesor Bruce Bagley. Otro detalle de letra chiquita. 

Demanda

Los hechos ahora demuestran que Abelardo de la Espriella no solo conocía muy bien a Bagley, sino que también, por las reuniones en las que acompañó a Saab en 2016 y 2017 con la DEA, sabía, o saabía, que los dineros y actividades venían del blanqueamiento de capitales y saqueo de Venezuela. Todo un entramado que demuestra que el futuro del polémico abogado quedó resumido a lo que se desarrolle de esa nota de pie de página en el documento recién desclasificado.

 

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