Luis Alberto Arango
22 Julio 2022

Luis Alberto Arango

Estafas empresariales

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La promesa de una gran venta no siempre permite detectar que se trata de una estafa

Encontré registros que datan del segundo semestre de 2018, sobre una particular y efectiva modalidad de estafa suplantando el nombre de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. Años antes lo habían hecho con Cemex, utilizando el mismo tipo de engaño. Este no se limita a la suplantación de las empresas mencionadas, con seguridad les debe estar sucediendo a otras y, por lo tanto, muchas más víctimas están cayendo en la misma trampa.


En el caso de la Federación de Cafeteros, mediante falsas órdenes de compra los estafadores han logrado hacerse a unos 3.000 millones de pesos en diversos productos: agroinsumos, materiales de construcción, equipos de cómputo, papelería, ropa, maquinaria amarilla, plantas eléctricas, semillas, químicos para piscinas, andamios, estibas plásticas, etcétera.


El modus operandi de la estafa consiste en hacerle creer al proveedor que está haciendo negocios con la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y no cualquier negocio. Uno grande, muy grande. De esos que emocionaría a cualquier departamento comercial, de tal forma que lo enceguece ante las evidentes señales de que se trata de una estafa.

“Al revisar las particularidades es cuando brillan las incoherencias de la orden de compra”.


Solo después de despachar la mercancía a una dirección que usualmente es en algún municipio del Huila o de Antioquia, proceder a facturarle a la Federación y preguntar por el pago, es que caen en cuenta de que la orden de compra recibida es falsa. Los estafadores llegan incluso a pagar el transporte para recoger la mercancía en las plantas de producción o bodegas de comercialización, como una forma para convencer al proveedor de la seriedad de la compra. El camión efectivamente llega, recoge la mercancía y la traslada al lugar indicado por los estafadores.


Al revisar las particularidades es cuando brillan las incoherencias de la orden de compra. El RUT de la Federación es ilegible o tiene errores, la orden de compra contiene faltas evidentes, la dirección de correo electrónico que dan los estafadores de la Federación pertenece a un dominio de internet –la terminación después del símbolo @– supuestamente asociado a ella, pero como es falso rebotaban los correos enviados, razón por la cual el estafador da su supuesto e-mail personal aduciendo que el servidor de correo electrónico de la entidad tiene problemas. Además, el supuesto comprador accede con mucha facilidad a la mayoría de las exigencias del proveedor. La venta se hace con sospechosa facilidad. Eso sí, la compra es sin pagar un anticipo, pero como supuestamente es la Federación Nacional de Cafeteros ¿Qué podría salir mal? 

“Al consultar con la Federación, encontré a una entidad abierta y decidida a ofrecerme toda la información posible sobre lo que ellos conocen de esta modalidad de estafa”.


Todas las comunicaciones son por WhatsApp o e-mail y rara vez hay una comunicación verbal. Que el contacto de WhatsApp del supuesto comprador tenga el nombre de una persona que aparece en una red social identificándose como comprador de la Federación y con el logotipo de la Federación, no es prueba de nada. Aun así, proveedores con experiencia se convencen de la veracidad del negocio, sin hacer chequeos adicionales para verificar si la orden de compra es legítima. 


Al consultar a la Federación, encontré a una entidad abierta y decidida a ofrecerme toda la información posible sobre lo que ellos conocen de esta modalidad de estafa. Son los más interesados en que se haga público lo que está pasando, dado que no solo ellos y algunos de sus funcionarios son víctimas de suplantación, sino que, por encima de todo, se están afectando los intereses económicos de cientos de empresas que piensan que realmente están haciendo negocios con la Federación y en realidad están siendo víctimas de una estafa.

“Una dolorosa realidad es que, de esas 55 empresas estafadas, algunas quedaron muy afectadas económicamente…”.


Desde que se conoció el primer caso, la Federación ha hecho una significativa labor de prevención a través de medios escritos nacionales y regionales alertando sobre esta modalidad de estafa. Según ellos, tienen conocimiento de un poco más de 290 casos, de los cuales solo se han logrado materializar completamente 33, es decir el 11 por ciento de los intentos. Las empresas afectadas se encuentran principalmente en Bogotá, Medellín, Manizales, Pereira, Neiva, Itagüí, Cali y Armenia. 


Una dolorosa realidad es que, de esas 33 empresas estafadas, algunas quedaron muy afectadas económicamente pues, aunque es evidente, no sobra decir que quien ha sido víctima de fraude no cuenta con ningún derecho legítimo para cobrar una factura contra la empresa cuya entidad ha sido suplantada. En el caso de una empresa estafada, que conocí con mayor detalle, las utilidades del año las perdió al cumplir con la orden de compra falsa. Por parte de la Federación y sus funcionarios se han interpuesto denuncias por falsedad personal y así mismo, varias de las empresas han hecho lo propio por el delito de estafa. 


Sin embargo, como el nombre real del estafador no se conoce, para la Fiscalía es un reto iniciar una labor investigativa, pero si siguen la ruta de los camiones que reciben y transportan la mercancía a su lugar de destino, dado que su conductor usualmente se puede identificar plenamente, con seguridad pueden lograr obtener información relevante que impida que sigan estafando. Consulté a la Fiscalía General de la Nación, sobre estas estafas suplantando a la Federación y para ello envié una comunicación desde el mes de marzo de este año 2022 a la Fiscalía. Mi petición con radicado 20226170097352 fue trasladada a la seccional de Medellín y allí está esperando una respuesta, así que por ahora poco les puedo contar sobre lo que está haciendo la Fiscalía frente a esta modalidad de estafa.


Durante 2022 el número de casos conocidos por la Federación y en el que los suplantan, disminuyó de manera importante comparado con los dos años anteriores. Afortunadamente todos ellos fueron intentos fallidos, es decir, que los estafadores no lograron su cometido. Sin embargo, que se hayan disminuido los casos de suplantación de la Federación no significa que no estén suplantando a otras empresas.


Las grandes empresas tienen, por lo general, un registro de proveedores al que se llega después de una detallada entrega de documentación e información por parte del proveedor, además de una revisión y visto bueno por parte de la empresa. Órdenes de compra tan atractivas y fáciles de concretar no son usuales. Si recibe una orden de compra de una gran empresa y usted no es parte de su registro de proveedores, de antemano ya puede sospechar sobre su legitimidad. Y si ya es parte de su registro de proveedores, confirme utilizando los canales habituales de compras anteriores para determinar si la nueva orden de compra es legítima o no. Mientras tanto esperemos que la Fiscalía o la Policía logren capturar y someter a la justicia a los delincuentes detrás de estas estafas.

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Si usted conoce más casos de esta modalidad de estafa y desea contarme la historia, me puede escribir a columnaluisarango@gmail.com. 


Si quiere profundizar más sobre sugerencias para evitar estafas empresariales como esta, encontré este link de un blog de la empresa Solunion que ofrece seguros de crédito. Es de propiedad de la aseguradora Mapfre y de la empresa de servicios de garantías y recobro de cartera Allianz Trade. En su blog publicaron un artículo sobre estafas empresariales mediante suplantación de identidad. Lo puede ver en este enlace. 

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