El Gobierno llama a la calle para enfrentar al Congreso
14 Marzo 2025 03:03 am

El Gobierno llama a la calle para enfrentar al Congreso

Una imagen de una manifestación en apoyo al presidente Petro.

Crédito: Presidencia

Este martes es el 'Día D' en la batalla política en Colombia: el petrismo se moviliza para presionar al Parlamento, mientras los miembros de la Comisión Séptima del Senado se reúnen para decidir la suerte de la reforma laboral. ¿Qué va a pasar? Análisis.

Por: Armando Neira

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Hasta el pasado martes, la agenda informativa de Colombia se centraba en las investigaciones sobre si Diego Marín Buitrago, Papa Pitufo, zar del contrabando, infiltró la campaña del presidente Petro; en las denuncias del saliente ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, contra otros miembros del alto gobierno por clientelismo en la DIAN; en las polémicas que arrastraba Armando Benedetti al asumir el Ministerio del Interior; y en las estremecedoras escenas de guerra en Catatumbo y El Plateado.

Pero ese día por la noche, el presidente Petro sorprendió con la convocatoria de una consulta popular para decidir si se aprueban o no sus reformas sociales. La atención nacional cambió por completo. Con su alocución, el mandatario demostró, una vez más, su capacidad para marcar la agenda del día. Tanto es así que algunos analistas hablan de una sociedad “petrificada”.

“¡Nos dieron papaya!”, exclamó Benedetti tras la decisión de ocho integrantes de la Comisión Séptima del Senado de archivar la reforma laboral. De inmediato, el Gobierno denunció un “bloqueo institucional” e impulsó otro concepto: la “democracia popular”.

Cecilia López, quien lo conoce bien porque fue su ministra de Agricultura, dice que con estas capacidades en realidad elude sus responsabilidades como jefe del Ejecutivo. “Al presidente no le importa la ejecución. Si le importara, no tendríamos los indicadores que tenemos”, dijo. Y ahora, “lo que quiere es adelantar la campaña y presionar al Congreso”, agregó.

De la constituyente a la consulta popular

Desde su cuenta de X (antes Twitter) —con 8,1 millones de seguidores— hasta los consejos de ministros televisados, el balcón, la tarima y sus frecuentes alocuciones, el presidente marca la agenda. Desde que llegó al poder en agosto de 2022, insiste en que no lo dejan gobernar y, por ello, de tanto en tanto pone sobre la mesa herramientas de participación ciudadana. De hecho, ha puesto la discusión sobre asambleas constituyentes, referendos, plebiscitos y, ahora, de una consulta popular.

Una manifestación política
El presidente Gustavo Petro pidió que “el pueblo” saliera a las calles para presionar la aprobación de las reformas sociales, una propuesta que fue recogida por sus cercanos. “Las centrales ya convocaron una gran movilización para este martes 18 de marzo y habrá muchas más”, dijo el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, 

Estas iniciativas dominan los titulares, pero luego se diluyen, como ocurrió, hace un par de semanas, cuando propuso una consulta para que los ciudadanos definieran la postura del país frente a las deportaciones ordenadas por el presidente Trump de los colombianos que estaban ilegalmente en Estados Unidos, y mientras todo el país estaba en vilo por lo que fuera a pasar con las relaciones bilaterales tras sus dos trinos de las 3:07 y las 3:41 de madrugada.

El argumento es siempre el mismo: “Para que el pueblo decida”. El analista Víctor Solano sostiene: “Petro parece omitir que es el presidente y prefiere ejercer su papel de activista”. Ahora, la excusa es la aprobación de las reformas sociales.

Para el primero, Petro pidió que “el pueblo” saliera al asfalto a presionar, una propuesta que fue recogida por sus cercanos. “Las centrales ya convocaron una gran movilización para este martes 18 de marzo y habrá muchas más”, dijo el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, quien, de paso, recordó que la reforma tributaria de Alberto Carrasquilla en el gobierno Duque se cayó en el Congreso “por la presión de la movilización popular y ciudadana en el estallido social de 2021”.

“La CUT hace un llamado a los trabajadores a tomarse las carreteras, plazas y parques del país”, dijo Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores. “Las organizaciones sindicales y sociales rechazan de manera contundente el hundimiento de la reforma laboral, un hecho que demuestra cómo las élites políticas y económicas del país, representadas en la tecnocracia neoliberal y la extrema derecha, siguen atentando contra los derechos de la clase trabajadora y el pueblo”, argumentó el líder sindical.

La ilusión del presidente 

Así las cosas, se abre un nuevo capítulo. La idea es no permitir que los parlamentarios deliberen de manera autónoma sobre si la reforma se archiva definitivamente o si se le da oxígeno para continuar la discusión. En esta línea, Petro anunció “la más grande movilización popular en la historia de Colombia”.

Para los más cautelosos, sin embargo, lo que realmente está en juego es si la coacción, la influencia de las redes y la presión callejera sobre los congresistas de la Comisión Séptima impedirán que la reforma se hunda.

Petro en una manifestación.
En varias oportunidades, como aquí en Bogotá, el presidente Petro ha liderado manifestaciones públicas. “Yo me crezco en las manifestaciones”, decía en campaña. “Me siento fuerte”.

¿Cuál ha sido en este proceso la actuación de los miembros de esta Comisión? Hay dos lecturas. Por un lado, quienes creen que los parlamentarios han cumplido su función institucional al determinar que la ponencia carece de fundamentos técnicos, financieros y políticos suficientes para ser estudiada.

En este sentido, el senador Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal) pidió que, para dejar claro que no son “enemigos de los trabajadores”, la sesión se transmita por la señal de televisión abierta del Senado. Así, dijo, podrán decirles la verdad a los colombianos y evitar nuevas amenazas, como “la que hizo con violencia el propio presidente de la República”.

Empero, el analista Gabriel Cifuentes considera que lo hecho por esta célula legislativa es de “inmensa torpeza”. Según él, aunque estos ocho senadores consideraron legítimamente que la ponencia no debía prosperar, cerraron la puerta al debate. En su lugar, podían haberla rechazado tras la deliberación, pero prefirieron impedir la discusión desde el inicio.

Además, disponían de mecanismos legales para prolongar el proceso, ampliar el debate y escuchar a más actores, agotando así el tiempo de una reforma que, de no haberse conciliado antes del 20 de junio, se habría hundido de todas formas.

Una discusión agotadora

Esta, como las otras reformas sociales, ha copado buena parte de la legislatura en una dinámica agotadora. Orza, una empresa de comunicación estratégica que hace un seguimiento legislativo diario, subraya que la reforma laboral completa 566 días en trámite.

De estos, pasó 299 días a la espera de su primer debate, fue agendada en siete sesiones y finalmente aprobada en la Comisión Séptima de la Cámara. Posteriormente, estuvo 121 días en espera de su aprobación en segundo debate, lo que ocurrió tras su agendamiento en 13 sesiones. Por último, lleva 146 días a la espera de su tercer debate.

Pero, ¿cómo reaccionará la célula legislativa ante estas presiones? María Jimena Escandón, de la firma Orza y experta en el Congreso, cree que el Gobierno perderá este pulso. Señala que generar división e instrumentalizar a la población para ejercer presión fortalecerá al Senado y reforzará su independencia frente al poder ejecutivo.

Manifestación a favor de Petro.
“La CUT hace un llamado a los trabajadores a tomarse las carreteras, plazas y parques del país”, dijo Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores. “Las organizaciones sindicales y sociales rechazan de manera contundente el hundimiento de la reforma laboral, un hecho que demuestra cómo las élites políticas y económicas del país, representadas en la tecnocracia neoliberal y la extrema derecha, siguen atentando contra los derechos de la clase trabajadora y el pueblo”, argumentó el líder sindical.

En esta hora definitiva, es fundamental garantizar la seguridad física de quienes disienten del Ejecutivo, evitando que sean amedrentados porque al margen de que algunos les puede gustar o no, el Congreso es un poder elegido por las urnas: hubo 18’636.732 millones de votos. Petro ganó la presidencia con 11’291.987 votos. 

Las escalinatas del Congreso

En estos días se permitió el ingreso de personas que arribaron con el propósito de gritar a los parlamentarios, lo que generó tensiones. Eso explica el llamado del presidente del Senado, Efraín Cepeda, para que la sesión se realice con extremas medidas de seguridad. Se prevé que los manifestantes podrán llegar hasta la Plaza de Bolívar, pero no subir siquiera a las escalinatas del Congreso.

Ya en el pasado, seguidores de Petro se manifestaron frente a otro poder. Se movilizaron para que la Corte Suprema eligiera cuanto antes a la nueva fiscal, enarbolando algunas banderas del M-19. “Cuando vi ondear esas banderas, me dolió profundamente como juez de la República porque entendí el mensaje de falta de reconocimiento y perdón”, dijo Gerson Chaverra Castro, entonces presidente del alto tribunal. Se refería a lo ocurrido los días 6 y de noviembre de 1985, cuando esta guerrilla tomó el edificio y el Ejército realizó una violenta retoma en lo que se conoce como el Holocausto del Palacio.

Por ello, hay tantas cosas en juego este martes. Desde el punto de vista procedimental, es clave que se garanticen condiciones equitativas para todos los intervinientes y se respete la postura política tanto de quienes están a favor como de quienes están en contra. “En una democracia, la rama legislativa está para estudiar, analizar las leyes y decidir por mayoría”, afirma el analista Pedro Viveros.

Un tema más taquillero

Hay quienes creen que Petro sabe que la reforma ya está hundida y que, por ello, optó por llevar a la gente a la calle y poner al país a hablar de la consulta popular. No solo porque es un tema más taquillero, sino porque le sirve de plataforma a quienes aspiran a consolidarse como candidatos del Pacto Histórico. Ellos levantan esta pancarta y hacen campaña sin estar en campaña porque legalmente no ha tenido su punto de partida.

Sin embargo, la apuesta también implica riesgos: ¿qué pasa si la gente no sale en masa a la calle? Es un hecho que el presidente ha perdido capacidad de movilización y ahora se escuchan a muchos desencantados de un cambio que ya no fue. En caso de que esta tendencia de apatía se mantenga, será un evidente fracaso y en ese caso el presidente se quedaría sin el pan y sin el queso.

Mientras tanto, algunos de los protagonistas de este hecho ahora reciben un tratamiento diferencial. Hasta ese martes, Benedetti, por ejemplo, no había dado una entrevista como nuevo ministro del Interior porque sabía que en todos los medios que lo buscaban le iban a dar palo. Desde ese momento, ha salido en todas partes en su condición del jefe de la política explicando, con tono pedagógico, cómo serán las preguntas de la consulta, cuándo prevén las votaciones y qué pasará si coinciden con las elecciones, entre otras cuestiones relacionadas con un hecho tan histórico como una consulta popular.

Carlos Arias, profesor de la Universidad Javeriana, afirma: “Lo que busca Petro es mantener su estrategia de campaña y convertir este conflicto en una prueba de fuerza para medir su estructura activista. No solo en el ámbito digital, sino también en las calles. Esto, con miras a 2026 y a la conformación de listas para la Cámara y el Senado, aunque parezca lejano”.
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí