Una práctica arraigada en Estados Unidos se puede adaptar al mundo empresarial colombiano para fortalecer relaciones, reducir el estrés, aumentar la productividad y fomentar la empatía.
En vísperas del día de Acción de Gracias en Estados Unidos, que se llevará a cabo el próximo jueves 23 de noviembre, una fecha emblemática para expresar gratitud, me parece oportuno reflexionar sobre cómo esta práctica puede influir beneficiosamente en la cultura empresarial colombiana.
Este día es considerado por muchos en Estados Unidos como una de las festividades más importantes, siendo un momento especial para celebrar y agradecer en familia por los acontecimientos positivos del año. Incluso en tiempos difíciles, se convierte en una oportunidad para reunirse con seres queridos y compartir un sentimiento de aprecio y gratitud. La universalidad y el significado del Día de Acción de Gracias ofrecen valiosas lecciones para fortalecer la cohesión y el bienestar dentro de las organizaciones en Colombia.
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“El valor del agradecimiento es un concepto que trasciende fronteras y culturas”.
El valor del agradecimiento es un concepto que trasciende fronteras y culturas. Y si lo trasladamos del ámbito familiar al empresarial, dar las gracias tiene el poder de transformar los entornos laborales, pues es un potente catalizador para afianzar las relaciones personales, mejorar el ambiente de trabajo, reducir el estrés y aumentar la productividad.
Así como en las tradicionales celebraciones colombianas, donde la gratitud se expresa en reuniones familiares y comunitarias, podríamos incorporar este espíritu en nuestras empresas. Al hacerlo lograríamos impregnar el ambiente empresarial de rituales de agradecimiento, sino también de la calidez y la unidad características de nuestra cultura.
La gratitud en el lugar de trabajo es un reconocimiento del esfuerzo y la contribución de cada individuo, lo que a su vez fomenta un sentimiento de valoración y pertenencia. A menudo se percibe a los jefes como exigentes y distantes, dando las gracias de manera esporádica y sin aparente sinceridad. No todos los jefes son así, hay líderes que reconocen de manera honesta y transparente el trabajo que hace su equipo y como resultado logran fomentar la unidad, la cohesión y el trabajo en equipo.
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“El agradecimiento afianza las relaciones personales, se fortalecen los lazos entre colegas y líderes, creando una atmósfera de respeto mutuo y colaboración”.
El agradecimiento afianza las relaciones personales, se fortalecen los lazos entre colegas y líderes, creando una atmósfera de respeto mutuo y colaboración. También mejora el ambiente de trabajo, debido a que un entorno donde se valora y reconoce el aporte de cada uno, se fomenta una cultura positiva, inclusiva y motivadora.
De igual forma, el agradecimiento reduce los niveles de estrés y aumenta la satisfacción laboral, lo que se refleja en una mejor salud mental y física de los empleados, y cultiva un ambiente genuino de ayuda mutua, compañerismo y empatía. Dar las gracias aumenta la productividad, ya que un empleado que se siente valorado tiende a estar más comprometido y motivado, lo que impulsa la productividad y la calidad del trabajo.
Con estos beneficios en mente, sugiero sencillas prácticas que se pueden llevar a cabo en las empresas para expresar gratitud. En Colombia, donde las dinámicas empresariales son cada vez más complejas y exigentes, adoptar una cultura de gratitud puede ser un diferenciador motivante y clave en una organización.
Reconocer los esfuerzos y logros de los colaboradores no solo alivia el estrés, sino que también fortalece las relaciones interpersonales, mejora la productividad y cultiva un ambiente genuino de ayuda mutua, compañerismo y empatía. Las actividades que propongo a continuación son ideas que se podrían considerar llevar a cabo para agradecer a nivel empresarial:
- Almuerzos o cenas empresariales: Organizar comidas grupales no es solo una forma de socializar, sino también de reconocer y agradecer el trabajo en equipo. Estos encuentros, más allá de ser protocolarios, pueden convertirse en espacios de camaradería y reconocimiento.
- Pausas para café y galletas: Implementar breves momentos de descanso en los que los empleados puedan compartir un café y unas galletas, puede ser una manera sutil pero efectiva de fomentar la gratitud y el intercambio amistoso de ideas.
- Discursos de agradecimiento: Los líderes y gerentes pueden aprovechar reuniones o eventos para expresar, de manera sincera y directa, su gratitud por el esfuerzo y dedicación de sus equipos.
- Bonos y reconocimientos: La entrega de bonos o reconocimientos son muestras de agradecimiento y una poderosa herramienta de motivación, reflejando el aprecio de la empresa por sus empleados.
- Actividades de trabajo en equipo: Fomentar actividades que no solo sean lúdicas sino también centradas en el reconocimiento mutuo puede fortalecer las relaciones y la moral del equipo.
- Programas de mentoría y apoyo: Establecer programas donde los empleados más experimentados guíen y apoyen a los nuevos, no solo fomenta el aprendizaje, sino también un ambiente de gratitud y respeto mutuo.
Practicar el agradecimiento como parte de la cultura empresarial, no se trata solo de inspirarse en una práctica cultural externa, sino de entender la gratitud como un valor empresarial que, cuando se ejerce de manera genuina y constante, puede transformar el ambiente laboral, a todos los niveles de la organización, generando un impacto positivo y duradero.
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“Pequeñas acciones pueden iniciar grandes cambios”.
Invito a los empresarios a considerar estas prácticas de gratitud no solo como una estrategia, sino como un pilar de su cultura organizacional. Se puede comenzar por un pequeño paso: quizás un reconocimiento en la próxima reunión de equipo o una pausa más significativa para tomar café. Pequeñas acciones pueden iniciar grandes cambios.
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