Sebastián Nohra
29 Agosto 2023

Sebastián Nohra

Coqueteando con el apagón

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

En 1992 un fuerte fenómeno de El Niño desnudó el deterioro institucional y de infraestructura del sector eléctrico del país. Meses de sequía, años de baja inversión y un descuido del nivel de los embalses obligaron a César Gaviria a someter a Colombia a un estricto racionamiento. 

Semejante fracaso estatal dejó a las malas muchas enseñanzas. El Estado y los gremios del sector construyeron armónicamente un tejido institucional y regulatorio que ha funcionado muy bien por 30 años. Pero hoy, por varias razones, el fantasma del apagón del 92 merodea el sector y tiene nervioso a varios gremios y exministros de minas. 

En 2023 y 2024 tendremos fenómeno de El niño. Está confirmado. Según el NOAA, el principal observatorio meteorológico del gobierno de los Estados Unidos, hay un 66% de probabilidad de que sea tan intenso como el del 2016. Ese año varios eventos inesperados, junto con el niño, llevaron a un estrés muy fuerte al sector. No hubo apagón, pero “pegó en el palo”. La inflación llegó al 8 por ciento y Santos tuvo que hacer un plan de racionamiento. 

Lo de 2023 es diferente a lo del 92,pero como advierten varios gremios y expertos, si se cumplen una serie de variantes y el gobierno no reacciona, el desenlace puede ser parecido. En el apagón de Gaviria hubo una crisis de generación de energía. El país no tenía una matriz de generación tan variada y sofisticada como hoy y los embalses estaban agonizando. Hoy la situación más compleja está en la red de transmisión eléctrica y en la situación financiera de las comercializadoras. 

El pasado 11 de julio los presidentes de los principales gremios del sector de energía (Acolgen, Andesco, Andeg, Asocodis, Asoenergia, Ser Colombia) le enviaron una carta al presidente Gustavo Petro y la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, para manifestarle su preocupación por la coyuntura y futuro del sector. 

Entienden que el plan de infraestructura energética está desactualizado y que la red de transmisión en la zona Caribe y el centro del país está muy saturada. El atraso con obras claves y el aumento inesperado de la demanda del 5 por ciento tienen estresada la red. El fenómeno de El Niño empeorará la situación. Es decir, hay generación de energía suficiente pero los “canales para transmitirla” tienen una capacidad inferior a lo que la demanda exigirá.

Por el lado de las empresas comercializadoras la situación también es inquietante. El gremio que las representa, Asocodis, le mandó una carta al Ministerio de Minas y a la CREG este 25 de agosto en la que advierten sobre la delicada situación financiera de las empresas. Por diferentes conceptos el Estado les debe 7,2 billones, un monto que significa dos años de ingresos operacionales de todas las comercializadoras.

Por el congelamiento de tarifas en la pandemia, subsidios y otros conceptos, la diferencia entre obligaciones presentes e ingresos futuros de las empresas puede enfrentar pronto niveles insostenibles. El sector habla de “posible apagón financiero” que puede provocar una crisis sistémica.

Al gobierno exministros, expertos y gremios le han hecho varias advertencias para que reaccione a tiempo, y así evitar que un inclemente fenómeno de El Niño nos lleve a un nuevo apagón. Pero el presidente no parece tener ninguna preocupación por las advertencias. No ha habido diálogo ni respuestas.

Con una inflación de dos dígitos y sin margen para subir las tasas de interés, tener un problema energético sería catastrófico. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas