Hollman Morris, para algunos, no solo ha deteriorado el ambiente laboral en RTVC sino también el propósito misional de Señal Colombia. Un canal que se comenzó a desnaturalizar y ha perdido audiencia desde que Morris asumió la subgerencia de televisión de RTVC.
En columnas anteriores he abordado la difícil realidad del acoso laboral en el sitio de trabajo, un flagelo que lamentablemente sigue presente en entes privados y públicos. En RTVC, una entidad pública, las acusaciones de acoso no son nuevas. En 2022 varios empleados y contratistas fueron acusados de acoso laboral y sexual. El resultado: los acusados ya no trabajan en la entidad y desde ese momento, en RTVC, se inició una campaña con actividades periódicas para prevenir el acoso y empoderar, a quien se sienta víctima, a denunciar.
No pasó mucho tiempo para que la opinión pública se enterara de nuevas acusaciones. En enero de 2024, el señalado de acoso laboral fue Hollman Morris, subgerente de televisión de RTVC. Las víctimas son dos funcionarias de dicha entidad, la directora del canal Señal Colombia, Silvana Orlandelli Uruburu, y del Canal Institucional, Lina Marcela Moreno. Ellas enviaron a Nórida Rodríguez, la gerente de RTVC, sendas comunicaciones acerca de lo que cada una ha tenido que padecer desde la llegada de Hollman Morris a RTVC en julio de 2023.
Después de hablar con otros funcionarios de la entidad, pude comprobar que las denuncias no son aisladas y que el deterioro en el ambiente laboral, generado por Hollman y su equipo, es una realidad que no se puede ocultar en RTVC. Lamentablemente, como columnista, no puedo más que visibilizar esta problemática. Los únicos que tienen la capacidad de resolverla son el propio Morris, Nórida Rodríguez y el presidente Gustavo Petro, quien para algunos fue el que impuso a Morris en ese puesto.
La junta directiva de RTVC, con capacidad decisoria, es una convidada de piedra en este caso. Es conformada por los ministros de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, Educación, Cultura, Industria y Comercio, o sus delgados, un representante de Tv Andina y dos miembros designados por el gobierno. A estas alturas del mandato de Gustavo Petro, ninguno de sus subalternos tiene el carácter para atreverse a cuestionar a un amigo del presidente, así esté afectando el ambiente laboral de una entidad pública.
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“La junta directiva de RTVC, con capacidad decisoria, es una convidada de piedra en este caso”.
La gestión de Morris, para varios, no solo ha incubado un clima de aprensión y desánimo entre los empleados, sino que también ha comenzado a erosionar la esencia misma del canal Señal Colombia. Morris, bajo el pretexto de fortalecer contenidos relacionados con la paz y los derechos humanos, ha introducido un modelo de "avances noticiosos" en Señal Colombia, es decir cápsulas noticiosas de cinco minutos emitidas cada hora desde las 8:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., una táctica que ya se demostró ineficaz y contraproducente, hace más de 25 años, cuando la utilizaron los canales RCN y Caracol en sus primeras emisiones al aire. Esta estrategia fallida, lejos de enriquecer el contenido de la parrilla de programación, ha comenzado a minar la lealtad de los televidentes hacia Señal Colombia, canal que tiene como objetivo promocionar la cultura y la educación.
La programación diaria de Señal Colombia ha sido interrumpida también, y en repetidas ocasiones, para transmitir eventos gubernamentales como: audiencias de reconocimiento de la JEP en diferentes zonas del país, informes de derechos humanos, una declaración del paramilitar Macaco, la clausura de ciclos de negociación del gobierno y el ELN, foro de la reforma de salud, eventos de la presidencia en diversos lugares del país, instalación de la mesa de diálogos con el ELN, reforma sobre el derecho al agua en La Guajira, etcétera. Nada de lo anterior tiene relación con el objeto cultural y educativo de Señal Colombia.
Cada interrupción desplaza un espacio de televisión previamente programado, cada interrupción hace que un televidente que estaba esperando un programa educativo y cultural se encuentre con un contenido que no tiene relación con lo que quería ver. Cada interrupción, cambio de programación y desplazamiento de programas destruye la credibilidad y afecta la lealtad de la audiencia.
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“Esta estrategia fallida, lejos de enriquecer el contenido de la parrilla de programación, ha comenzado a minar la lealtad de los televidentes hacia Señal Colombia”.
Esas interrupciones para transmitir contenido que le interesa a Morris, un militante del Gobierno Petro, y que tienen corte evidentemente político y no educativo ni cultural, deberían hacerse en el Canal Institucional y no en Señal Colombia. Algunos defensores de la gestión de Morris, aducen que esas interrupciones para emitir programas de la agenda del gobierno generan cultura política.
Hoy lo cierto es que esa cultura política comienza a limitar el resto del propósito misional de Señal Colombia y su impacto se ve reflejado en una pérdida real de audiencia. Si bien el rating del canal históricamente no ha sido significativo, tuvo una caída del 18 por ciento durante el segundo semestre de 2023, si se compara con el semestre inmediatamente anterior. La caída coincide con la llegada de Morris a RTVC. Este descenso evidencia la disconformidad de la audiencia con la programación de Señal Colombia o con la eficacia de la estrategia de avances noticiosos e interrupciones habituales adoptada por Morris y su subgerencia. (1)
Es obvio que, en cuanto a Señal Colombia se refiere, el subgerente de televisión de RTVC no está cumpliendo algunas de sus funciones. La razón es que estas dicen, según la página web de RTVC, que la subgerencia de televisión debe “Diseñar y definir los contenidos y la programación de los canales Señal Colombia e Institucional con base en el estudio e investigación de audiencias” y puntualmente, en lo relacionado con Señal Colombia debe también tener en consideración las políticas del canal. Sobre estas últimas basta señalar que desde la génesis de RTVC, es decir desde sus estatutos, el canal se llama “Señal Colombia educativo y cultural”.
La programación en Señal Colombia no es para emitir programas que están al servicio de los caprichos de la subgerencia de televisión, sino para atender los resultados de los análisis de audiencias y respetando las políticas del canal. Eso significa que una audiencia de reconocimiento de la JEP, si la quieren emitir en televisión, lo pueden hacer utilizando el Canal Institucional, no Señal Colombia. Lo mismo debe suceder con las intervenciones del presidente Petro -salvo las alocuciones presidenciales-, con las transmisiones de cualquier mesa del ciclo de negociación con el ELN o con un foro o evento de la salud, político o de derechos humanos de la agenda gubernamental, etcétera.
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“Si bien el rating del canal históricamente no ha sido significativo, tuvo una caída del 18 por ciento durante el segundo semestre de 2023, coincidiendo con la llegada de Morris a RTVC”.
Así como Morris no atiende algunas de sus funciones, también parece que está desconectado con la realidad de la medición de audiencias. Un incidente de supuesto hackeo a una cuenta de RTVC, durante el mes de diciembre del año pasado, que al parecer terminó siendo un acto interno, reveló el carácter de Morris. Pareciéndose más a un político que a un técnico especializado en su subgerencia, afirmó en su cuenta de X “El ataque se produce en el momento en que @RTVCnoticias reporta un tráfico importante de interacciones y compite con los medios corporativos, pero sobre todo en el momento en que se visibiliza una agenda informativa por la paz y los DDHH”.
Esas afirmaciones carecen de fundamento. No solo la caída del rating de Señal Colombia lo demuestra, sino que por el lado de las redes sociales los grandes medios de comunicación nunca se van a sentir intimidados. El portal de noticias de RTVC no tiene ni el 5 por ciento de seguidores en redes sociales si se compara con los que tienen los grandes medios de comunicación en Colombia. Además, su página web no actualiza sus últimas noticias desde hace cuatro semanas y la sección “ESTÁ PASANDO” presenta noticias de hace más de un mes. Así nunca competirán contra ningún otro medio de comunicación.
Si Hollman Morris no cambia su forma de tratar a sus colegas en el trabajo y no revalúa su fallida estrategia de programación en Señal Colombia, el ambiente laboral continuará deteriorándose y Señal Colombia seguirá perdiendo su identidad y audiencia. Todo esto, a costa del dinero de los contribuyentes colombianos, quienes pagan los platos rotos de los caprichos de un gobierno que nombró a Morris en una entidad que pertenece a todos.
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(1) Fuente: Kantar Ibope Media Colombia. Promedio rating personas. Promedio semestral 1er semestre de 2023 y 2do semestre de 2023. Franja horaria de 6 a 24 horas de Lunes a Domingo.
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