Luis Alberto Arango
1 Marzo 2024

Luis Alberto Arango

El estigma de las utilidades

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Frente a las críticas del ministro de Salud hacia el sector empresarial que genera utilidades, hay que ignorar la polarización y continuar impulsando el empleo, el desarrollo empresarial y la generación de utilidades en pro del desarrollo del país.


En el marco de las discusiones sobre la reforma de salud en Colombia, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha generado controversia con declaraciones que, lejos de propiciar un ambiente de análisis técnico y constructivo, parecen alimentar una polarización innecesaria y perjudicial. Durante una audiencia pública en Medellín, el pasado viernes 23 de febrero, el ministro criticó abiertamente a los empresarios y al sector bancario por generar utilidades, sugiriendo una correlación directa entre estas ganancias y los niveles de pobreza y hambre en el país. Dijo “…mientras los bancos nos muestran las utilidades, el grupo GEA todos los días aumenta sus utilidades, la gente padece hambre en este territorio”.

Tales comentarios no solo distorsionan la realidad del empresariado colombiano, sino que también socavan los fundamentos mismos del desarrollo económico y social. Es importante recordar que las utilidades no son, de ninguna manera, indicativas de explotación o avaricia generadora de pobreza. No son el villano de la historia, sino todo lo contrario. 

Las utilidades empresariales representan el resultado de la eficiencia, innovación y, sobre todo, del riesgo empresarial. Son el motor que impulsa la creación de empleo, la inversión en investigación y desarrollo, y el mejoramiento de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. Son también fuente de generación de ahorro que se irriga en el sector financiero, gracias al cual se pueden otorgar préstamos para financiar vivienda de interés social, apoyar el desarrollo empresarial, para compras de bienes y servicios para mejorar la calidad de vida, entre otras.

“Tales comentarios no solo distorsionan la realidad del empresariado colombiano, sino que también socavan los fundamentos mismos del desarrollo económico y social”.

Además, las utilidades empresariales son las que permiten pagar impuestos que se convierten en ingresos para el Estado, esenciales para financiar servicios públicos fundamentales, incluida la salud, así como para pagar el sueldo del ministro.

La dicotomía planteada por el ministro Jaramillo, entre la generación de utilidades y el bienestar social, es una falsa equivalencia que ignora la complejidad de las economías modernas. Sus palabras reflejan una preocupante falta de entendimiento sobre la dinámica empresarial y su rol en la economía. No se puede negar que existen desigualdades profundas en nuestra sociedad, pero la solución no es demonizar a quienes, a través de su esfuerzo y riesgo empresarial, contribuyen a la economía. Sus declaraciones, además, le restan altura y profundidad técnica al debate de la reforma de la salud.

Más bien, los representantes del gobierno podrían fomentar algo que hace mucha falta, en lugar de recurrir a la retórica divisiva y simplista: un entorno que incentive la creación de riqueza de manera responsable, con políticas que aseguren que los beneficios del crecimiento económico se distribuyan de manera más equitativa.

Los comentarios del ministro, desafortunadamente, reflejan una tendencia preocupante en algunos miembros del gobierno a adoptar posturas que, aunque populares en ciertos círculos, son contraproducentes para el objetivo de lograr una sociedad más próspera y justa. La narrativa que enfrenta al empresario con el bienestar social no solo es engañosa sino peligrosamente simplista. Es precisamente a través de la creación de empresa, la innovación y el emprendimiento que se pueden encontrar soluciones sostenibles a los problemas sociales y económicos que enfrentamos.

La historia económica y el consenso académico subrayan que el crecimiento empresarial y la generación de utilidades son fundamentales para el avance de cualquier nación. Los países que han logrado reducir significativamente los niveles de pobreza y mejorar el bienestar de sus ciudadanos lo han hecho no mediante la demonización de la empresa privada, sino a través de políticas que fomentan la inversión, la competencia y la innovación. Este es el camino que Colombia debe seguir si aspira a ser una sociedad más próspera y equitativa.

“La narrativa que enfrenta al empresario con el bienestar social no solo es engañosa sino peligrosamente simplista”.

En lugar de dividir, los líderes políticos y funcionarios gubernamentales deberían enfocarse en unir a todos los sectores de la sociedad en torno a un proyecto común de país. El presidente Petro lo ha llamado el gran acuerdo nacional, pero sus ministros parecen no entender de qué se trata. Un gran acuerdo implica reconocer y valorar la contribución de los empresarios y trabajadores por igual, promoviendo un ambiente de cooperación en el que el sector público y privado puedan trabajar juntos para enfrentar los desafíos de la nación.

Los empresarios, grandes, medianos y pequeños no debemos dejarnos desanimar por discursos que nos señalan como parte del problema. Por el contrario, debemos seguir innovando, invirtiendo y creando riqueza, conscientes de nuestra capacidad para contribuir al bienestar social y económico del país. Es fundamental que mantengamos un diálogo constructivo y basado en hechos, donde las políticas públicas promuevan un crecimiento inclusivo y sostenible, sin caer en la trampa de los discursos polarizadores que solo sirven para dividirnos.

“Los empresarios, grandes, medianos y pequeños no debemos dejarnos desanimar por discursos que nos señalan como parte del problema”.

No podemos permitir que el discurso gubernamental contra el empresariado afecte la mentalidad y el ánimo de quienes tenemos la capacidad de impulsar el progreso económico de Colombia. Las narrativas divisivas se contrarrestan mediante el trabajo conjunto por un país donde la generación de utilidades sea vista como lo que realmente es: un pilar del desarrollo y un camino hacia la superación de la pobreza.
---
Si usted quiere compartirme ideas, sugerencias o comentarios acerca de esta columna o de otro tema, por favor escríbame, me interesa conocerlas.

Mi e-mail es: columnaluisarango@gmail.com

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas