Weildler Guerra
13 Julio 2023

Weildler Guerra

La idea de progreso

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Aunque alcanzó su máxima vigencia durante los siglos XIX y XX, la noción de progreso permanece aún en la mente de millones de personas en el mundo como el ideal de un mejoramiento sin límites. Ampliamente utilizada por los movimientos políticos en diversos continentes, la idea de progreso fue llevada a un segundo plano por el concepto de desarrollo que se basó en metáforas biológicas y se trazó objetivos más precisos y cuantificables especialmente a partir del famoso discurso del presidente Truman en 1949. Pero ¿en qué consiste la idea de progreso y cuáles son sus premisas?

El sociólogo norteamericano Robert Nisbet en su libro Historia de la idea de progreso (1981) planteó que esta se basaba en cinco premisas básicas: la fe en el valor del pasado, la convicción de que la civilización occidental es noble y superior a las otras, la aceptación del valor del crecimiento económico y los adelantos tecnológicos, la fe en la razón y en el conocimiento científico y la fe en el valor inefable de la vida en el universo. La idea de progreso, entendida como un pleno perfeccionamiento humano en diversos aspectos, se concibe en el marco de un tiempo unilineal cuyas últimas etapas deberán ser necesariamente superiores a las primeras. En consecuencia, el progreso constituye para algunos autores una síntesis del pasado y a la vez una profecía del futuro.

Diversos factores y eventos han contribuido al debilitamiento de la idea de progreso: las guerras mundiales, los campos de concentración, los incesantes genocidios, el totalitarismo, el deterioro ambiental global y sus efectos como el cambio climático, entre otros. La humanidad ha constatado que no siempre el avance material se parece a la idea de progreso y esa cruenta verificación ha tenido un alto costo en vidas derivado del acelerado desarrollo bélico como puede verse en los casos del empleo indiscriminado de las bombas racimos, los misiles hipersónicos y los drones cargados de explosivos.

Los avances materiales no garantizan necesariamente el logro de mejores niveles morales ni sociales, el auge de la inequidad económica y social, la difuminación de la línea entre actividad política y delincuencia, la corrupción, la discriminación, la violencia, el uso de nuevas tecnologías para limitar las libertades y las migraciones planetarias ponen en duda que haya una vía eficiente de progreso en marcha. ¿Cómo encontrar un nuevo orden que sustituya al dinero como valor supremo y que nos guíe hacia otros fines más dignos?

El filósofo Fernando Savater considera que el progreso es cuanto hace retroceder en el mundo la tiranía, la miseria y la ignorancia, pero a las tres cosas juntas, sin favorecer a una de ellas para detener a las otras dos. En último término, afirma el pensador español, “Los hombres debemos saber que nacemos rodeados de males y abusos, pero que también moriremos rodeados de males y abusos: lo único a lo que podemos cuerdamente aspirar es a que los primeros no sean idénticos a los últimos”.

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas