Luis Alberto Arango
20 Octubre 2023

Luis Alberto Arango

Nearshoring: México lo aprovecha, Colombia lo desestima

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Es un error del Gobierno colombiano no aprovechar la cercanía geográfica a los Estados Unidos para fortalecer la capacidad exportadora del país.

El nearshoring ha dejado de ser una tendencia para establecerse como una necesidad estratégica para aquellas naciones y empresas que aspiran a consolidar sus industrias en la escena global. Mientras México, con una visión pragmática, implementa políticas eficaces para capitalizar esta dinámica, Colombia parece estar atrapada en un desierto de discursos vacíos y oportunidades desaprovechadas.

Para entender el panorama, primero, aclaremos el término nearshoring. Nace de la conjunción de near (cerca) y shoring derivado de shore que significa "costa" u "orilla", esencialmente sugiriendo la idea de estar "cerca de la costa”. Se refiere a la estrategia de trasladar operaciones o fuentes de suministro a países geográficamente próximos a sus principales mercados, en lugar de tenerlas en lugares remotos debido a supuestos beneficios en costos. El propósito es variado: reducir costos, aprovechar ventajas arancelarias, minimizar tiempos de tránsito y simplificar desafíos logísticos, entre otros.

En el contexto actual, donde la geopolítica está cambiando las reglas del juego global, principalmente porque Estados Unidos ha sometido a los productos hechos en China a fuertes barreras arancelarias, el nearshoring se ha convertido en una opción estratégica para empresas que venden en los Estados Unidos y que buscan reducir los costos de los productos importados y además eficiencias logísticas.  

“Ellos (México) han demostrado ser ágiles en la carrera para apoyar a sus empresas con el fin de que aprovechen esta coyuntura mundial”.

 

Hoy quien está aprovechando esta tendencia es México. Ellos han demostrado ser ágiles en la carrera para que sus empresas saquen provecho de esta coyuntura mundial. Como muestra de ello el Gobierno mexicano expidió, el pasado 11 de octubre, un decreto para impulsar su capacidad industrial exportadora. El decreto ofrece incentivos fiscales atractivos tales como significativas deducciones de impuestos a las empresas con vocación exportadora que hagan inversiones en maquinaria y equipos nuevos, así como en capacitación de personal, siempre y cuando cumplan con cuotas exportadoras de ventas. (1)

El país azteca envía un claro mensaje a los empresarios y al mundo. Por un lado, les da las primeras herramientas tributarias para modernizar sus procesos productivos de cara a aprovechar oportunidades del mercado y por el otro, demuestra que la ideología política del actual gobierno de izquierda que conduce los destinos de México no se opone al desarrollo empresarial del país. Una señal inequívoca que fortalece la confianza inversionista.

Este tipo de iniciativas no tiene distingo ideológico. Mientras la semana pasada la puso en práctica un gobierno de la izquierda progresista en México, hace dos décadas el gobierno de Álvaro Uribe Vélez tuvo iniciativas similares en Colombia, que desencadenaron una importante reconversión industrial en varios sectores del país. 

Si la estrategia mexicana cosecha frutos, incrementará el monto de divisas que entran al país, mejorará el conocimiento industrial para crear productos de alto valor, generará beneficios en empleo, además de estabilidad y fortalecimiento del mercado laboral.

“Mientras que México está actuando rápidamente. Colombia está paralizada en discursos ideológicos obsoletos…”.

 

En contraste, al mirar lo que sucede hoy en Colombia, el panorama es frustrante. Es paradójico ver cómo, en contraposición a lo prometido en su campaña a la presidencia, el Gobierno Petro decidió aumentar los impuestos de tal suerte que tenemos una de las tasas de tributación socio-sociedad más altas del mundo y también revivió el impuesto a los grandes patrimonios, que son los capaces de impulsar importantes inversiones empresariales. Paralelamente, el actual ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien en su momento y como vocero de la campaña presidencial pregonaba la importancia de reindustrializar y de aliviar la carga tributaria a las empresas, fue testigo y ahora cómplice de una política que parece ir en dirección contraria.

Mientras que México está actuando rápidamente. Colombia está paralizada en discursos ideológicos obsoletos y dejando pasar una oportunidad dorada para fortalecer su tejido empresarial, fomentar empleos de calidad, incrementar el flujo de divisas y pavimentar el camino hacia la producción de bienes de mayor valor agregado.

No se trata de lamentarse de los errores del gobierno de Gustavo Petro, pero sí de ser realistas y de hacer un llamado a la acción por parte de los empresarios, debido a que dudo mucho que el Gobierno colombiano ejecute pronto acciones concretas, como las que llevó a cabo el Gobierno mexicano. Los empresarios no podemos vivir en la retaguardia de las tendencias, viendo pasar las oportunidades. Debemos trazar nuestro propio camino hacia la reindustrialización y el aprovechamiento de las oportunidades globales. No podemos permitir que las futuras generaciones de colombianos paguen el precio de nuestra inacción y de la inacción del Gobierno actual.

“No podemos permitir que las futuras generaciones de colombianos paguen el precio de nuestra inacción”.

 

Es necesario actuar, y rápido. La comparación con México puede resultar incómoda, pero es esencial para abrir los ojos ante una realidad que, de no enfrentarla, nos dejaría rezagados en la competencia global. Políticas públicas en pro del aprovechamiento del nearshoring tendrían un impacto profundo para potenciar nuestro tejido empresarial, pero para ello es crucial que este Gobierno aterrice los discursos que tanto pregonó en su campaña presidencial. Mientras esperamos ese cambio, recae en los empresarios la responsabilidad de actuar, incluso sin el apoyo gubernamental. Colombia, con su privilegiada localización geográfica y acceso a dos océanos, posee un enorme potencial para capitalizar las ventajas del nearshoring.
 

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Decreto de los Estados Unidos Mexicanos del 11 de octubre de 2023 mediante el cual se otorgan estímulos fiscales a sectores clave de la industria exportadora consistentes en la deducción inmediata de la inversión en bienes nuevos de activo fijo y la deducción adicional de gastos de capacitación. Fuente: Diario Oficial mexicano.

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