En marzo del 2016 el flamante contralor, Edgardo Maya, asistió a un foro organizado por la revista Semana llamado ¿Qué pasó con Reficar? Altivo y bonachón, fue a explicar y defender ante funcionarios, empresarios y periodistas el auto de responsabilidad fiscal de 343 páginas de su procurador delegado, Javier Eduardo Noguera, en el que ordena la vinculación al caso Reficar como responsables a seis contratistas y 35 personas naturales.
La Contraloría los señala por una gestión “antieconómica e ineficiente” que propició la pérdida de 17 billones de pesos por sobrecostos y demoras en el contrato de ampliación de la refinería de Ecopetrol en Cartagena. Maya y su gente juraron que habían destapado el caso del siglo y así se lo supieron vender al país. Los medios compraron ese pescado podrido y con el impulso de seductores titulares como “el mayor desfalco de la historia”, la sociedad no quiso ni pudo oír otra versión. Fue un robo macabro y estaban los nombres para que la justicia vengara al Estado.
Siete años después, tres experimentados jueces del Tribunal Arbitral Internacional, en New York, dejaron por los suelos la barbaridad que hizo la Contraloría de Edgardo Maya y que después le dieron alas Felipe Córdoba y Néstor Humberto Martínez. La refinería hoy produce más de 200.000 barriles al día y el tesoro recibirá casi seis billones de pesos en reparaciones.
En la mitad quedaron carreras destruidas, familias lastimadas y muchas preguntas. Una de ellas, quisiera plantearla en esta columna: ¿Simón Gaviria qué? En el auto de responsabilidad fiscal de 2016 y en el posterior fallo de 2021, no aparece en ningún lado el hijo de César Gaviria y quien fue miembro de la junta directiva de Ecopetrol (2014-2017) en calidad de director de Planeación Nacional.
¿Por qué no estuvo Simón Gaviria en al auto de responsabilidad fiscal si el contralor Noguera incluyó a todos los miembros de junta de Ecopetrol y Reficar que revisaron y aprobaron los controles de cambios que permitieron las adiciones presupuestales para terminar el proyecto? Todos los otros siete miembros de junta fueron señalados por la Contraloría y la justicia.
En el acta de la junta directiva de Ecopetrol que les muestro del 16 de octubre de 2015, estaba Simón Gaviria y uno de los temas a discutir del punto dos del orden del día fue “Adición recursos Reficar”. Eso se discutió ese día y Gaviria lo aprobó, como sus compañeros de junta que después terminaron “empapelados” por Maya.
Es decir, la decisión de aprobar muchos más recursos de los firmados en el contrato para terminar la obra valió para responsabilizar a 35 personas, seis contratistas y meter en la cárcel al ingeniero venezolano Reyes Reinoso, pero no para tocar a Simón Gaviria.
Una de las tantas preguntas que nos quedan atoradas en la garganta del caso Reficar, demuestran el tufillo siniestro y politiquero que estuvo detrás del telón de esta opereta que tuvo a los medios como juguetes y que nos dejó al borde de pedirle gasolina importada a Maduro.
