En el corazón de una entidad que una vez simbolizó la excelencia cultural y la dignidad laboral de Colombia, ahora se presenta una realidad diferente. "La casita del terror", un profundo reportaje investigativo de CasaMacondo y que pueden leer aquí, descubre un panorama sombrío en Artesanías de Colombia, una institución que, bajo la gerencia de Adriana Mejía Aguado, se ha transformado de un orgullo nacional a un epicentro de acoso laboral y amiguismo político.
Según el reportaje, desde su ascenso en octubre de 2022, Mejía Aguado, amiga cercana de la familia del presidente Petro, ha instaurado un régimen de miedo y desconfianza. La otrora admirada Artesanías de Colombia, certificada en 2021 por la firma de consultoría Great Place to Work, como un lugar excepcional para trabajar, está viendo desmoronar su cultura organizacional, su rendimiento misional y su profesionalismo. Acusaciones de maltrato, contrataciones basadas en recomendaciones por filiación política en lugar de méritos, y una administración carente de sensibilidad cultural y profesional, han marcado un declive pronunciado.
La investigación periodística, publicada hace pocos días, narra incidentes de humillaciones públicas, alteraciones abruptas en la estructura organizacional y una clara desconexión con las necesidades del sector artesanal. Este cambio no solo impacta a los empleados, cuyo bienestar ha sido alarmantemente comprometido, sino también a los artesanos, quienes se sienten abandonados por una entidad que debería ser su mayor soporte.
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“El reporte de CasaMacondo narra incidentes de humillaciones públicas, alteraciones abruptas en la estructura organizacional y una clara desconexión con las necesidades del sector artesanal”.
Al reportaje de CasaMacondo se suma una entrevista conducida por Rocío Arias Hofman, transmitida en su cuenta de Instagram @sillaverde el pasado 29 de noviembre. En la entrevista, Rocío conversó con Christopher Tibble, ganador de un premio Simón Bolívar en la categoría periodismo investigativo y coautor del reporte, y Mario Reina, un excontratista de Artesanías de Colombia y una de las fuentes de la investigación con identidad oculta, quien decidió revelarla y reafirmar sus acusaciones. En la entrevista se amplían detalles sobre los ejemplos de acoso laboral, amiguismo político en los nombramientos, desatinos gerenciales y del mal ambiente que prima en esa organización. (1)
La situación en Artesanías de Colombia reclama una acción decisiva. Su junta directiva se enfrenta a un dilema crucial: continuar en la ruta del deterioro o reivindicar los valores que alguna vez la definieron. El reporte de CasaMacondo es un grito de auxilio en nombre de la ética laboral, la integridad cultural y la gerencia eficaz y profesional en una empresa industrial y comercial del Estado.
El cambio en el gobierno del cambio debería significar, como mínimo, tomar el camino de una gestión, en donde las más altas competencias profesionales y el buen trato sean los criterios de liderazgo que brillen y marquen la pauta gerencial de las entidades públicas.
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“Que el tiempo no se vuelva testigo mudo de la inacción y de la falta de carácter”.
Artesanías de Colombia no solo enfrenta un entorno laboral contaminado por el acoso y una cultura de favoritismo político, sino también la ineficiencia gerencial en la gestión de su plataforma de comercio electrónico. Lo que sucede con el manejo de su tienda en línea es especialmente llamativo.
Algo que funcionaba en el pasado, fue desechado y hoy no es operativo. En junio de 2023, se firmó un contrato con una empresa colombiana para operar esta plataforma, prometiendo ser más económica que su predecesora. Sin embargo, el resultado ha sido desastroso: a la fecha de publicación de esta columna tienen un sitio web de venta en línea inoperante, con imágenes faltantes, enlaces rotos y un sistema de pago que no funciona. Esta situación no solo representa un desperdicio de los recursos invertidos sino también una pérdida de oportunidades cruciales para los artesanos colombianos. La plataforma de venta en internet, antes un puente hacia el mercado global, ahora es un reflejo del deterioro en la gestión de la entidad.
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“Si el cambio es esto, el gobierno está muy equivocado en la forma como materializa su lema político”.
Las cosas se deshacen como se hacen, así que quienes tuvieron el poder de nombrar a la actual gerente, tienen hoy la responsabilidad de removerla con el fin de preservar la integridad de la institución y proteger la promoción cultural colombiana. Que el tiempo no se vuelva testigo mudo de la inacción y de la falta de carácter. O sobra la gerente o sobra la junta directiva ante su incapacidad de liderazgo. Aquí debe primar el bien común y no las intrigas personales y políticas del gobierno Petro y de su entorno familiar.
Si el cambio es esto, el Gobierno está muy equivocado en la forma como materializa su lema político. La historia de Artesanías de Colombia, tejida durante años con esfuerzo y dedicación, no debe deshilacharse bajo el peso de una gestión deficiente, el amiguismo político y una cultura laboral tóxica.
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