Luis Alberto Arango
25 Agosto 2023

Luis Alberto Arango

Inútil retórica confrontacional

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Persiste el discurso populista y confrontacional del presidente, invocando una vez más a enemigos imaginarios. Paralelamente, no podemos repetir los errores del pasado ante el llamado urgente de las EPS.


El papel del presidente de un país es ser el líder unificador, el nexo que conecta las diferentes partes del país en un esfuerzo común para construir una nación más fuerte y próspera. Sin embargo, al escuchar al presidente Gustavo Petro hablar, uno no puede evitar sentir una constante sensación de confrontación.

El pasado 23 de agosto, en un evento en honor al Team Robotics del Pacífico, campeones mundiales de robótica que representaron con orgullo a Colombia, el presidente de la república no perdió la oportunidad de cuestionar a los empresarios colombianos mediante su habitual retórica populista. Su principal mensaje: los líderes empresariales deberían estar dispuestos a contribuir con más impuestos destinados a la educación.

Aunque en sí misma, la propuesta de invertir en educación no es controvertida ni cuestionable, la manera en que la presentó, sí lo es. Por un lado, habló de "la vieja discusión entre utilidad y conocimiento", y de "quienes creen en Colombia y tienen muchísimo poder, que es destruyendo la financiación del conocimiento como aumenta la utilidad", haciendo entender que hay empresarios que prefieren evitar que haya educación en pro de generar utilidades.
Una idea o conclusión que solo cabe en su imaginario. 

“Lo que Petro hace, como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, es construir un enemigo ficticio para luego enfrentarlo…”.

Su mención velada a alguien de 'muchísimo poder' apela a una cómoda ambigüedad al no identificar a esa persona o ente con nombre y apellido. ¿A quién se refiere exactamente? ¿Quién en Colombia se opondría a la idea de la educación como pilar del desarrollo? Lo que Petro hace, como ya lo ha hecho en ocasiones anteriores, es construir un enemigo ficticio para luego enfrentarlo, como si continuara en campaña política, estableciendo así una dicotomía infundada que no contribuye al ideal de un país unido. Vuelve el presidente a recurrir a la falacia del hombre de paja y de la que hablé en una columna anterior.

El presidente canceló su reunión del pasado 24 de agosto con el Consejo Gremial Nacional y fue reagendada para el próximo día 29 de agosto. Recordemos que tampoco asistió a la clausura del pasado Congreso Empresarial Colombiano en la ciudad de Cartagena, desaprovechando una valiosa oportunidad de tender puentes en vez de erigir barreras. Esta ausencia también significó perder la ocasión para dar una voz de aliento y respaldo a sectores del país que, con frecuencia, se ven bajo el fuego cruzado del presidente y su gabinete, debido a sus posturas percibidas como antiempresariales. 

Esperamos que, en su encuentro con el Consejo Gremial Nacional, prevalezca un diálogo abierto y productivo. Hay temas urgentes para el sector empresarial, tales como la situación de seguridad nacional y los retos de la reactivación económica. Además, sería esencial escuchar al mandatario abordar su propuesta para un acuerdo nacional que desactive el ambiente de polarización contra el sector productivo.

La confrontación retórica gubernamental no se limita a los empresarios en general; abarca actores específicos de la economía. Por ejemplo, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, hace pocos días descalificó las legítimas inquietudes de unas EPS. Esta postura se hizo evidente tras la divulgación pública de una carta de Sanitas, Sura y Compensar, en la que resaltan sus desafíos financieros para continuar operando.

El día que se conoció el contenido de la carta, el ministro minimizó las serias advertencias emitidas por las tres EPS sobre una potencial crisis, respondiendo con inquietante desdén “cuando hay ganancias, todos felices, pero cuando no les funciona el negocio comienzan las críticas”. 

“La confrontación retórica gubernamental no se limita a los empresarios en general; abarca actores específicos de la economía”.


Este patrón de acción, o más bien de inacción y respuesta, no es nuevo para el gobierno y me hizo recordar un ejemplo que no podemos repetir: el titubeante actuar gubernamental ante la solicitud de integración entre Avianca y Viva Air, en agosto de 2022, para salvar a esta última.

Las autoridades colombianas dilataron tanto la aprobación de la solicitud, que para cuando finalmente dieron luz verde, a finales de abril de 2023, la ventana de oportunidad se había cerrado. Viva Air no aguantó y tuvo que suspender operaciones dos meses antes de la aprobación de la integración por parte de la Aerocivil. La liquidez requerida para llevarla a cabo se esfumó y los ya menguantes recursos de Viva Air resultaron insuficientes para mantenerla a flote. 

Aunque la desaparición de la aerolínea no es responsabilidad exclusiva del gobierno, su papel en el triste desenlace es innegable. Este caso resalta la falta de agilidad y empatía gubernamental ante situaciones cruciales. Lo sucedido en el sector del transporte aéreo, desde el año pasado, no puede ser un ejemplo para repetirlo en el de la salud este año. 

Por fortuna, horas después de sus polémicas declaraciones, el ministro Jaramillo se reunió con los representantes de las EPS mencionadas y al día siguiente, en una conferencia de prensa, matizó su postura, mostrándose dispuesto a analizar con profundidad la situación con el fin de buscar soluciones. Esta nueva posición ofreció un mensaje de tranquilidad al país. 

“Colombia no se edifica sobre la base de discursos que dividen, ni menospreciando las inquietudes de sus ciudadanos y empresarios”.

Colombia no se edifica sobre la base de discursos que dividen, ni menospreciando las inquietudes de sus ciudadanos y empresarios. La piedra angular es el diálogo, la cooperación y la determinación de hallar soluciones conjuntas. En el Congreso Empresarial Colombiano esa fue precisamente la esencia del mensaje y la petición directa al gobierno. El presidente Petro debería ser el primero en reconocerlo.

La retórica confrontacional no beneficia a nadie. Por el contrario, profundiza las divisiones y envía una señal errónea a los funcionarios del gobierno, sugiriéndoles que deben actuar bajo dicha premisa.

En este crucial momento de nuestra historia, las consignas deben ser la unidad, el entendimiento y la cooperación. Si el presidente Petro realmente desea simbolizar la unidad nacional, tal y como lo señala la Constitución Política de Colombia en su artículo 188, debe demostrarlo con acciones y palabras que reflejen ese compromiso que juró cumplir cuando aceptó asumir la Presidencia de la República.

 

(1)    Reconocimiento a los campeones mundiales de robótica - Team Robotics del Pacífico. Discurso del presidente Gustavo Petro. https://youtu.be/1agwiVfq1YM?si=emtmccXq7cF8QbRh

(2)    Pueden leer más información sobre el tema en estos dos enlaces:

(3)    Rueda de prensa del ministro Guillermo Alfonso Jaramillo. Agosto 24 de 2023.
https://www.youtube.com/live/ptwmtIK2JB4?si=eGquZ6_nRk2FjQFY

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