Luis Alberto Arango
4 Agosto 2023

Luis Alberto Arango

Paula Cristina Ortega Córdoba

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La vileza despreciable de los asesinos de la patrullera de la policía Paula Cristina Ortega Córdoba merece nuestro más fuerte repudio. No basta con la condena de los autores materiales. 


En la cotidianidad es fácil pasar por alto las innumerables caras que se desvanecen en la multitud. Sin embargo, hay momentos en los que una de esas caras se ilumina, destacándose de las demás, y por desgracia, a veces es a través de la tragedia.

La vida de una valiente patrullera colombiana, cuyo sacrificio y servicio a nuestra sociedad, aunque brutalmente interrumpida, no debe pasar desapercibida. Paula Cristina Ortega Córdoba fue asesinada, el pasado 2 de agosto, a sangre fría en plena luz del día en una calle de Neiva, Huila, el lugar que ella amaba y protegía.

Fue un acto de cobardía y crueldad. En pleno día, mientras Paula Cristina estaba detenida en su moto en un semáforo del barrio Calixto, camino a iniciar su turno en el CAI Ipanema, pistoleros se le acercaron por la espalda, le dispararon sin piedad y en estado de indefensión. Un crimen a sangre fría ejecutado por dos personas que abandonaron cualquier rastro de humanidad.

Se presume que la patrullera fue la primera víctima del supuesto ‘plan pistola’ contra la fuerza pública a nivel nacional, y que, según las autoridades, estaría siendo orquestado por las disidencias de las Farc al mando de Iván Mordisco, grupo que dos días después de los hechos se adjudicó el homicidio, aunque irónicamente niegan que exista un ‘plan pistola’ (1).

En los momentos más oscuros hay cierta luz que permite ver lo mejor de nosotros. Paula Cristina representaba esa luz, una luz que simbolizaba el deber, el valor y la dedicación. Aunque su carrera en la policía apenas comenzaba, ya había demostrado un compromiso inquebrantable con la ley y el orden, recibiendo varias condecoraciones y siendo respetada por sus compañeros. No solo era una valiente uniformada, sino también una madre dedicada a su hija de tan solo ocho años, con sueños y metas aún por cumplir.

Nuestro deber, como sociedad, es asegurarnos de que esa luz siga brillando, en honor a su memoria y a la de todos los héroes caídos en actos del servicio. Cuando un policía es atacado, no solo se está atacando a un individuo, sino a los ideales que todos debemos compartir: paz, justicia, seguridad y libertad. Debemos rodear, más que nunca, a nuestras fuerzas de seguridad, brindándoles el apoyo y reconocimiento que merecen.

“Paula Cristina Ortega Córdoba, en su corta pero intensa carrera policial, representaba esos principios y esos valores”.

En una sociedad donde la violencia y la impunidad a menudo se imponen, es esencial recordar los principios y valores que defendemos. Paula Cristina Ortega Córdoba, en su corta pero intensa carrera policial, representaba esos principios y esos valores. Era el rostro humano de la Policía Nacional, el símbolo de la autoridad y el respeto que todos debemos a la ley.

“Sin embargo, la captura y condena de los responsables materiales no es suficiente”.

Afortunadamente, gracias a la rápida acción de las autoridades, los sospechosos de su asesinato fueron capturados a las pocas horas de ocurrido el crimen. Sin embargo, la captura y condena de los responsables materiales no es suficiente. Hay que capturar, sin dilación ni contemplación alguna, a los autores intelectuales que dieron la orden de su homicidio y condenarlos.

Solo así seremos capaces de reafirmar nuestro compromiso con la justicia, con la ley y con la paz. Hacerlo sería un triunfo que enviaría un mensaje contundente de advertencia a quienes quieran articular nuevas acciones criminales contra nuestras fuerzas de seguridad, y así desestimular las amenazas que pesan sobre ellas.

“En una sociedad donde la violencia y la impunidad a menudo se imponen, es esencial recordar los principios y valores que defendemos”.

Cada vez que recordemos a Paula Cristina Ortega Córdoba, recordemos también su valor, su compromiso y su servicio a la sociedad. Recordemos que era una madre, una hija, una amiga y una compañera, cuyo coraje e integridad la hacen acreedora de nuestra más profunda admiración y gratitud.

Hagamos que su sacrificio no sea en vano. Sigamos su ejemplo de coraje y compromiso con la sociedad, resaltando los valores que representa la policía colombiana. Honremos su memoria y rodeemos a nuestras fuerzas de seguridad. Porque solo así, estaremos construyendo el país que todos merecemos.

(1) El ‘plan pistola’, según los informes de inteligencia de las autoridades, consiste en que las disidencias de las Farc estarían ofreciendo pagar 4 millones de pesos por cada policía muerto y por el hurto de su armamento. En la legalización de captura de los asesinos de la patrullera, se les encontró la pistola Sig Sauer SP 22, calibre 9 mm, arma de dotación de Paula Cristina Ortega Córdoba.

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