Mauricio Cabrera
15 Diciembre 2022

Mauricio Cabrera

Crisis de los SITM

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Los Sistemas Integrados de Transporte Masivo (SITM) han sido la gran apuesta del país para modernizar y fortalecer el transporte público como una estrategia para mejorar la calidad de vida en las ciudades, disminuir los tiempos de viaje de los ciudadanos y el uso de combustibles fósiles. La apuesta está a punto de fracasar por las enormes dificultades financieras que enfrentan estos sistemas, que los tienen en riesgo de quiebra.

LA QUIEBRA DE LOS SITM

Una empresa está quebrada cuando de manera reiterada sus ingresos no alcanzan para cubrir sus gastos. Esto es lo que está sucediendo con todos los SITM que operan en el país desde hace varios años, pues los buses solo han podido seguir rodando gracias a cuantiosas transferencias de los municipios.

Cuando se diseñaron y estructuraron los SITM, el esquema financiero planeado consistía en que el sector público pagaba por la construcción de la infraestructura de carriles dedicados y las estaciones, correspondiendo a los concesionarios privados comprar y operar la flota de buses. La inversión pública era a fondo perdido pues nunca se recuperaba, mientras que la inversión de los concesionarios junto con sus utilidades y los gastos de operación se repagaban con el recaudo de pasajes.

La inversión pública en los siete SITM construidos ascendió a unos 20 billones de pesos, de los cuales la nación aportó el 70 por ciento, y los municipios y distritos especiales el 30 por ciento restante, financiado en su mayor parte con recursos de la sobretasa de la gasolina.

Como es flaca sobremanera toda humana previsión, las proyecciones del cierre financiero se quedaron en el papel, y los recaudos de pasajes no han sido suficientes para el repago a los concesionarios, y en algunos casos ni siquiera para cubrir los gastos de operación, generándose los cuantiosos déficits que se presentan en el cuadro siguiente y que han tenido que ser cubiertos con transferencias de los municipios para evitar que las ciudades se queden sin servicio de transporte público.

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Dos anotaciones sobre estos cuantiosos subsidios: la primera es que corresponden a los déficits que tenían los SITM antes de la pandemia, y que se incrementaron con la reducción de pasajeros generada por el encierro de las ciudades, la cual no se ha recuperado, de manera que los déficits estimados para este año y 2023 serán aún mayores.

La segunda es que a pesar del apoyo público, Metrocali de Cali y el Megabús de Pereira, tuvieron que acogerse a la Ley 550 de reestructuración ante la imposibilidad de pagar sus acreencias.

LOS PASAJEROS QUE NUNCA LLEGARON

Aunque ha habido algunos retrasos en los ajustes anuales que se debían hacer a las tarifas, estos no son significativos y la causa principal de la crisis de los SITM es que no se cumplieron las proyecciones de pasajeros que utilizan estos sistemas. El éxito inicial del TransMilenio en Bogotá con la troncal de la Caracas, indujo a que se pensara que ese modelo era replicable con igual éxito en las demás ciudades.

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La realidad resultó muy diferente, inclusive para las nuevas rutas y el SITP de Bogotá, pues frente a los 5,8 millones de pasajeros diarios que se esperaban, el máximo que se llegó a movilizar antes de la pandemia fue de 4,2 millones, es decir el 72 por ciento de lo esperado. Un factor que es más grave en esta ciudad es la cantidad de “colados” que no pagan pasaje, que se estima que puede llegar al 30 por ciento de los usuarios, lo que genera pérdidas al sistema por 40.000 millones de pesos mensuales.

En Cali y Barranquilla la situación es mucho peor. En Cali se llegó a un máximo de 490.000 pasajeros/día en 2013, y de ahí descendió a solo 390.000 antes de la pandemia, es decir el 39 por ciento de la demanda esperada. Barranquilla, por su parte, empezó más tarde, pero tampoco superó el 40 por ciento de los pasajeros esperados.

El impacto de la pandemia agravó la situación financiera de los SITM, pues en 2020 se redujo en más de 60 por ciento el número de pasajeros transportados en todas las ciudades. Aunque el año siguiente se recuperó parte de la demanda, para 2022 en ninguna ciudad se había logrado volver a los niveles de 2019. En Cali, los bloqueos durante el paro nacional llevaron a que no hubiera ninguna recuperación en el año 2021.

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Ante esta realidad se hace indispensable una reestructuración a fondo de los SITM, pues es claro que no son sostenibles financieramente y no se pueden seguir subsidiando de manera permanente con recursos de los fiscos municipales, máxime cuando pronto habrá que renovar fas flotas de buses.

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