Weildler Guerra
12 Octubre 2022

Weildler Guerra

De tormentas y huracanes

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El paso del ciclón tropical Julia por la Región Caribe colombiana dejó, además de las afectaciones causadas por las inundaciones y los fuertes vientos, algunos interrogantes. Uno de ellos es, ¿cuánto saben los colombianos acerca de las depresiones tropicales, tormentas y huracanes?  Lo cierto es que mientras la atención de los medios de comunicación y las entidades responsables de la gestión del riesgo se centraban en el Caribe insular, Julia hacia estragos en la Península de La Guajira. Su paso por las costas continentales causó afectaciones en siete municipios y más de 49.000 personas quedaron damnificadas. Todo indica que el incierto curso de los ciclones tropicales por el Caribe será un punto habitual en la agenda oficial y ciudadana del país. Ello puede agravarse debido al cambio climático.

El paso de huracanes y tifones ha incidido en la historia de diversas naciones  hundiendo flotas enteras, aniquilando ejércitos invasores y cambiando el rumbo de las exploraciones. La memoria humana registra su fuerza destructora en los grandes libros religiosos, en las obras de arte y en las piezas clásicas de la literatura como La Tempestad de William Shakespeare. Estas consideraciones las reúne Kerry Emanuel, una autoridad en la materia, en un libro llamado Divine winds The History and Science of Hurricanes. La propia palabra huracán proviene de la lengua indígena de los taínos que habitaron las grandes islas del Caribe. Los ciclones se plasmaban en grafismos que representaban a seres de aspecto humano con dos brazos que se movían en forma de espiral. Los pueblos amerindios estaban atentos a ellos mediante los cambios que observaban en la superficie del mar, el comportamiento de las aves y la dirección de los vientos.

Mientras hacíamos votos por las vidas de nuestros amigos en San Andrés, las redes sociales documentaban la devastación causada por las inundaciones y los vientos huracanados en la Alta Guajira.   Los wayúu llaman a las tormentas y huracanes con el término musical “wawai”, justamente porque a su paso se perciben como un fuerte y agudo silbido. Los diversos vientos, ya sean pequeños como los remolinos o amorosos como los alisios del nordeste, se consideran hijos de la mar. 

Estos vientos tienen diferentes temperamentos y códigos morales. También variadas relaciones que pueden ser de amistad, antagonismo y amor. El concepto de que los huracanes y las tormentas tropicales son fuerzas naturales que actúan de manera impersonal es totalmente extraño para los wayúu. La pregunta desde la cual parte la explicación del mundo no es, como en la ciencia occidental, ¿cómo funciona esto? sino que busca la intencionalidad existente detrás de un fenómeno. ¿Quién y por qué lo causa?

La tarea académica que propone Kerry Emanuel es marchar hacia una teoría general de los huracanes pues, a pesar de décadas de intensa investigación científica, muchos aspectos de ellos aún siguen siendo enigmáticos. Dicha teoría permitiría hacer predicciones comprobables sobre la naturaleza precisa de las condiciones en que ellos se forman. En Colombia deberíamos trabajar en ese mismo sentido, Debemos preguntarnos también ¿cómo los diversos pueblos marítimos del Caribe conciben estos ciclones y responden a ellos? Conocer esto puede ayudarnos a prevenir daños materiales y a salvar vidas, pues entre los fenómenos naturales los huracanes pueden ser los más mortales y destructivos.  

wilderguerra@gmail.com  

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