Mauricio Cabrera
7 Julio 2022

Mauricio Cabrera

El desatino de los días sin IVA

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Desatino: 1. Falta de tino, tiento o acierto | 2. Locura, despropósito o error (RAE)

Cualquiera de las acepciones del diccionario de la RAE es adecuada para calificar como desatino la medida populista de los tres días anuales sin IVA, por eso, cualquiera de los antónimos de esta palabra también sirve para calificar el anuncio del próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, de que va a eliminar esa medida: es un anuncio acertado, atinado, prudente, sensato y cuerdo.

Los argumentos contra los días sin IVA

El debate sobre la conveniencia de los días sin IVA ha sido un diálogo de sordos: el gobierno y los comerciantes los apoyan con argumentos que son solo la defensa de sus intereses políticos o sus utilidades. Por el contrario, la gran mayoría de los analistas y académicos los critican con argumentos que no han sido respondidos ni refutados, y que conviene resumir acá.

El primero es el costo fiscal. Al permitir ventas sin IVA el gobierno renuncia al recaudo del 19 o el 5 % del valor de esas ventas, dependiendo de la tarifa aplicable a los bienes vendidos. Expertos como el exministro Juan Camilo Restrepo estimaron que el costo fiscal de los tres días sin IVA del año pasado podría llegar a los $3,4 billones, pero lo increíble e inaceptable es que no se conozca todavía un dato oficial bien sustentado de este costo. Más adelante volveré sobre este tema.

El segundo es que se trata de un gasto fiscal que es regresivo en la medida en que no favorece a los más pobres y vulnerables sino a los estratos medios y altos, que son los que tienen la capacidad para adquirir electrodomésticos, computadores o teléfonos que fueron los productos más vendidos.  Además, los más pobres, al no estar bancarizados, no cuentan con tarjetas de crédito o débito que son el medio de pago exigido para las compras sin IVA.

Tercero, en la medida en que el mayor volumen de bienes adquiridos fue importado, el beneficio se quedó en comerciantes e importadores y no llegó a otros eslabones de la cadena, en particular a los productores nacionales, de manera que no se impulsó la inversión local ni la innovación ni la productividad.

Finalmente, por esta misma razón de aumento de las importaciones, es una medida ineficiente para estimular el crecimiento económico, además de que no está demostrado que aumente las compras de los consumidores, sino que solo cambien de fecha las decisiones de compra que se aplazan o anticipan para ganarse el descuento.

El misterio del verdadero costo fiscal

Hasta ahora se han celebrado ocho días sin IVA. tres en 2020 y 2021 y dos en lo corrido de este año. Según la información de la Dian, que se presenta en el cuadro siguiente, en estas jornadas se realizaron 43,5 millones de transacciones con ventas por $66,47 billones, cifra astronómica que equivale a casi el 6 % del PIB.

Grafico

Ante la inexplicable falta de información oficial, los analistas han hecho inferencias de cuánto puede haber sido el monto de impuestos dejado de recaudar con esta medida. Una muy plausible es suponer que la mitad de las ventas correspondían a bienes exentos o excluidos, de manera que solo se habrían beneficiado de la compra sin IVA transacciones por valor de $33,24 billones, que al aplicarles la tarifa del 19 % arroja un sacrificio fiscal, es decir un monto dejado de recaudar de $6,3 billones. 

Como es una cifra con tantos ceros, conviene recordar que este el mismo monto que espera recaudar el año entrante el gobierno con el aumento al 35 % de la tasa del impuesto a la renta de las empresas. Es decir, se regaló innecesariamente a los consumidores toda una reforma tributaria.

Ante estas conjeturas de los analistas el gobierno ha hecho poco esfuerzo por aclarar el costo real de su desatino. A pesar de que la ley obliga a que en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) se informe sobre el costo fiscal de las exenciones tributarias, y es evidente que permitir compras sin IVA es una exención, en el MFMP presentado al Congreso en 2021 no se informó sobre el menor recaudo de la Dian en los tres días sin IVA del año 2020.

En el MFMP de 2022 sí se hizo una breve mención a lo sucedido en los tres días sin IVA del año anterior en los siguientes términos:


Las ventas en los tres días sin IVA de 2021 sumaron COP 31,42 billones, 26% por encima de la facturación promedio diaria (…) el costo fiscal de la medida en 2021, considerando únicamente el recaudo de IVA generado por 40 actividades económicas que tienen bienes cubiertos por este beneficio, correspondió a $471 mil millones (MFMP 2022, pag. 24 s.)


Y en una nota de pie de página mencionan cuál fue la metodología para llegar a la cifra de $471.000 millones, pero sin que haya la posibilidad de verificar esa información.

Con el mismo supuesto de que el beneficio de comprar sin IVA solo aplicaba a la mitad de las ventas registradas, se llega a una conclusión muy diferente, pues se tendría un costo fiscal de $3 billones, es decir seis veces más de lo informado por la Dian.

Una diferencia de esa magnitud entre los dos estimativos debería ser aclarada por el Ministerio de Hacienda, ya que como todas las ventas tenían que registrarse con factura electrónica, la Dian tiene toda la información de cada una de las transacciones con el detalle de los bienes comprados y hasta del nombre del comprador.

Mientras se obtiene la explicación oficial se debe decir que, si el estimativo de la Dian es correcto, entonces los días sin IVA no sirven para estimular las ventas. En efecto, si el costo fiscal en 2021 fue de tan solo de $471.000 millones, esto implica que las ventas sin IVA fueron de solo $2,48 billones (que es el resultado de dividir $471.000 por 0,19), lo que representa menos del 8 % del total de ventas facturadas en esos tres días.

En este escenario se concluiría que el incremento de 26 % en las ventas se debió a promociones y descuentos ofrecidos por los mismos almacenes, diferentes al descuento de vender sin IVA. O sea que los comerciantes pueden organizar promociones como los black fridays ofreciendo descuentos similares al 19 % del IVA, pero sin que el gobierno tenga que pagar por la promoción. Así se corregiría el desatino.

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