Juan Camilo Restrepo
7 Julio 2022

Juan Camilo Restrepo

¿Un fondo desfondado?

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Una de las mayores incógnitas de la política económica futura es definir qué va a hacerse con el Fondo de estabilización de combustibles. 


El futuro del fondo de estabilización de los combustibles entraña además otro dilema aún más estructural: ¿Cómo se seguirán manejando los precios de la gasolina y del acpm en Colombia?


El fondo de estabilización fue creado en 2017, y tiene como propósito aislar las fluctuaciones que se presentan en los mercados internacionales de los precios en los surtidores de gasolina en el interior del país.


Existen dos conceptos básicos para entender el funcionamiento de este Fondo: el IP (precio al productor), y el PP (precio de paridad) que compara los precios que se practican en el mercado interno de los que prevalecen en los mercados internacionales. 


Cuando el precio que se le reconoce al productor o refinador, el principal de los cuales es Ecopetrol, es inferior al precio de paridad el fondo de estabilización compensa la diferencia. De esta manera Colombia puede aislar el precio de la gasolina y del acpm que se cobra en el interior del país de lo que sucede internacionalmente.


Desde su creación el Fondo de estabilización ha venido acumulando reiterados déficits que la política fiscal reconoce y paga al productor o al refinador. Se estima por el comité asesor de la Regla Fiscal que de mantenerse las condiciones actuales el déficit de este fondo ascenderá a más de 30 billones de pesos al finalizar 2022. Se trata de cifras mayores.


Es por ello que el futuro del manejo que se le vaya a dar a este fondo constituye uno de los rompecabezas más complejos que tiene entre manos el nuevo gobierno.


En la mayoría de los países los precios internacionales se trasladan con rapidez a los usuarios. De allí por ejemplo la gran preocupación que hoy existe en Estados Unidos donde el precio del galón de gasolina ya excede los 5 dólares; otro tanto acontece en la mayoría de los países europeos.


Entre nosotros las cosas no suceden así. El Fondo de estabilización aísla los precios del mercado doméstico de los internacionales. Esto ha llevado a que Colombia tenga uno de los precios internos más bajos de gasolina de toda la región. Según información que publicó el Marco Fiscal Mediano Plazo (MFMP) el precio de la gasolina en Colombia es apenas el 44 por ciento de la media regional y el 39 por ciento para el acpm.


Las cosas se venían manejando con relativa tranquilidad hasta cuando estalla la invasión de Rusia a Ucrania que ha acarreado alzas sin precedentes en los precios de los combustibles fósiles (crudo de petróleo y gas natural). La gran pregunta es si en los meses venideros seguirá subiendo o comenzará a declinar. 


Mientras más suba el precio del Brent y más discretos sean los aumentos del precio en los surtidores de gasolina, mayor será el déficit acumulado en el fondo de estabilización. 


La administración Duque hizo algunos esfuerzos para moderar el déficit de este fondo. Es así como destinó algunos dividendos recibidos de Ecopetrol para cancelar parte del déficit y anunció una política de ajustes graduales en los precios internos para ir acercando la estructura de precios a los de los mercados internacionales.


Sin embargo, la diferencia sigue siendo protuberante. Y si el precio internacional continúa aumentando puede llevar el déficit del fondo a niveles inmanejables. Hay que recordar que un déficit en este fondo de más de 30 billones de pesos (como calcula el Comité asesor de la Regla Fiscal que puede llegar) son recursos que finalmente se sustraen del resto de la inversión social.


El costo que estamos pagando por mantener unos precios internos protuberantemente alejados de los precios internacionales es grande. Es cierto que si los hubiéramos trasladado abruptamente al consumidor nacional probablemente hubiera sido la chispa que habría prendido la mecha de la revuelta social. Como está viviendo en este momento Ecuador. 


El problema principal radica en que hay una gran incertidumbre sobre la dirección que vayan a tomar los precios internacionales de los combustibles en los meses venideros. Las cuentas del Gobierno, la última de la cuales es la que aparece en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), están calculadas con un precio del crudo de 100 dólares el barril. 


El Gobierno saliente abrió el debate sobre si ha llegado el momento de considerar una apertura de los precios internos, de tal manera que las variaciones de los precios internacionales se reflejen con más rapidez y menor costo fiscal en el mercado doméstico.


Esto, naturalmente, es más fácil decirlo que hacerlo. Y quizás lo puede plantear con más comodidad un gobierno saliente que uno entrante. Pero es un debate indispensable que no debemos eludir.


Con las variaciones epilépticas en los precios de los combustibles que pueden presentarse en los meses venideros si la guerra Rusia-Ucrania se prolonga, podríamos llegar a una situación en la que el Fondo de estabilización deje de ser viable. Pues la magnitud del déficit que acumularía sería de tal envergadura que daría al traste con la inversión social que –como ya sabemos– es una prioridad del gobierno que se inicia el 7 de agosto.


No hay subsidio gratis. Finalmente lo acaba pagando por uno u otro camino el fisco nacional. Y esto es lo que puede acontecer con el Fondo de estabilización de los combustibles.


De allí que aprovechar esta coyuntura para tener un mercado más racional en los combustibles domésticos de tal manera que, naturalmente con cautela, vaya reflejando las estructuras internacionales de precios es una política prudente que bien debería analizar con cabeza fría el nuevo gobierno. 


El gobierno Duque, en su ocaso, comenzó tardíamente a hacer este ajuste. La semana pasada elevó 150 pesos el precio del galón de gasolina y el del acpm. También reajustó 16 por ciento el del gas propano. Pero el bache sigue siendo muy amplio. ¿Qué hará el nuevo gobierno?


Con toda razón el nuevo ministro de Hacienda está molesto con la manera tardía como la administración Duque inició el ajuste de precios hace apenas pocos días, después de haberlos dejado congelados por más de seis meses.


En entrevista al portal ‘Primera Página’ dijo lo siguiente: “¿Por qué el aumento de precios empezó apenas ahora en el paso final del Gobierno? No se quiso incurrir en los costos y se le trasladaron al gobierno siguiente. Eso no es de un tema positivo”.


 A pesar de la molestia justificada del ministro Ocampo, quedan flotando las siguientes preguntas: ¿Continuará por el camino de ir ajustando periódicamente los precios de los combustibles? ¿O se conformará con ver cómo se infla el déficit del fondo de estabilización? Nadie conoce una respuesta a estas preguntas con certeza. 


Es preferible desde todo punto de vista una política de precios internos de combustibles conectada con los mercados internacionales que un fondo de estabilización de espaldas a lo que sucede en el mundo, y por tanto desfondado fiscalmente. 

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