Un lector reafirma la importancia de Colombia como potencia exportadora a EE.UU. y a países vecinos. Además, el consejo clave de un exportador veterano para triunfar en el mercado norteamericano.
En los últimos años, el escenario comercial global ha experimentado giros inesperados. Un ejemplo claro ha sido la tensión entre Estados Unidos y China. La administración estadounidense ha impuesto barreras arancelarias significativas a muchos productos de origen chino, y ha iniciado sanciones contra aquellas empresas que, bajo engaño, importen mercancías etiquetadas de otros países pero que en realidad se fabricaron en China. Este contexto ha reconfigurado las dinámicas comerciales y ha abierto una ventana de oportunidades para naciones que, como Colombia, pueden posicionarse como aliados comerciales estratégicos de los Estados Unidos.
La semana pasada, escribí sobre el nearshoring y cómo Colombia podría capitalizar esta coyuntura, no solo como proveedores de servicios, sino también de productos en demanda para el mercado estadounidense.
Recibí varios mensajes comentando esa columna, pero uno en particular me llamó profundamente la atención. Provino de Guido Vargas, socio fundador de una empresa especializada en representaciones comerciales de nuevas tecnologías para países de nuestra región. Su mensaje agrega una perspectiva que me parece valioso que ustedes también conozcan.
Antes de entrar en ello, es importante señalar que en los últimos días, varios exportadores colombianos me han confirmaron que efectivamente ellos son testigos de un interés creciente del mercado norteamericano hacia Colombia. De forma unánime, resaltan cómo los compradores norteamericanos valoran la calidad del servicio y atención al cliente que proveemos, superando incluso a potencias exportadoras asiáticas como Vietnam, Indonesia o Malasia. Además, factores como la similitud en el huso horario y la proximidad geográfica, que se traduce en tiempos de tránsito de mercancía más cortos, nos posicionan en un lugar de privilegio ante sus ojos.
Y aunque no soy especialmente optimista respecto a que el gobierno colombiano actual vaya a capitalizar este momento a través de políticas públicas, la realidad es que las oportunidades están allí, y podemos aprovecharlas incluso sin su intervención.
En palabras de Guido y que he resumido y he editado, con su permiso:
“Colombia tiene un potencial estratégico notable frente a EE.UU., especialmente cuando se considera que puede haber menores costos de transportar carga marítima desde Barranquilla a la costa este de EE.UU. en comparación con los fletes del tránsito terrestre desde estados fronterizos de México hacia esa misma costa. Además, la posición geográfica de Colombia no solo permite acceder al mercado estadounidense, sino también al latinoamericano.
Mientras que México enfrenta la saturación de terrenos cerca de puertos para desarrollos industriales debido a una demanda masiva, Colombia aún tiene oportunidades en este ámbito. Sin embargo, México a corto plazo también debe luchar para lograr un aumento considerable en la capacidad instalada para el suministro de energía y agua, lo que podría orientar a las empresas a considerar otros países.
A pesar de las oportunidades, Colombia tiene sus propios desafíos. La infraestructura eléctrica obsoleta en la costa, sumada a los retrasos en la entrada en operación de los nuevos proyectos energéticos, pueden ser una barrera. La capacidad portuaria y la reforma laboral son otras consideraciones vitales para atraer inversión extranjera.
No obstante, si Colombia logra atraer incluso una fracción de las inversiones en juego, los beneficios serían significativos. El sector privado tiene una llamada clara para innovar y capitalizar este momento crucial.”
Suscribo completamente el mensaje de Guido. El mercado es vasto y diverso. Aunque pueda sonar abrumador, la magnitud de la oportunidad que tenemos al alcance es inmensa, y sería un error monumental dejarla pasar. Si bien no albergo muchas esperanzas en el papel gubernamental para capitalizar este escenario, confío plenamente en la capacidad, ingenio y perseverancia de nuestros empresarios.
Para cerrar, quiero compartir un consejo que me transmitió un experimentado exportador: los compradores norteamericanos, aunque están inmersos en la era digital, valoran profundamente el contacto humano. Las relaciones se forjan con encuentros cara a cara, comprendiendo su cultura y atendiendo sus necesidades. Sí, es una inversión de tiempo y recursos, pero, ¿acaso hay algo más costoso que la inacción? La pasividad puede ser un lastre que nos detenga; actuar es la fuerza del viento que impulsa las exportaciones colombianas hacia un horizonte de oportunidades gracias al nearshoring.
(1) Estados Unidos comenzó a cobrarle aranceles del 25 por ciento a los productos chinos que llegan por vía marítima
https://www.infobae.com/america/eeuu/2019/06/01/estados-unidos-comenzo-a-cobrarle-aranceles-del-25-por-ciento-a-los-productos-chinos-que-llegan-a-por-via-maritima/
Si usted quiere compartirme ideas, sugerencias o comentarios acerca de esta columna o de otro tema, por favor escríbame, me interesa conocerlas.
Mi e-mail es: columnaluisarango@gmail.com
