El primero de diciembre de 2022, el carguero Orión V se preparaba para zarpar desde el puerto de Cartagena, en Colombia, hacía Beirut, capital del Líbano, adonde llegarían 1.750 cabezas de ganado bovino para ser comercializadas allí y en otros países del Oriente Medio .
Se trataba de una exportación normal de uno de los productos colombianos más apetecidos al otro lado del mundo, pero ese día la embarcación no pudo salir. La razón no fue otra que un problema técnico que provocó el remolque del buque y la activación del protocolo por parte de las autoridades colombianas, que tuvieron que regresar a los animales a sus predios de origen.
Pasaron 20 días después del incidente mecánico, del cual aún no se tienen detalles, para que los dueños de la carga pidieran de nuevo la inspección del ganado y, una vez hecho ese proceso, el 6 de enero de 2023 arrancó otra vez el barco listo para cruzar el Atlántico con el mismo número de reses que se registraron originalmente.
Al llegar a España, fueron requeridos por las autoridades de ese país, las que al revisar la embarcación se llevaron una tremenda sorpresa al descubrir, en una de las bodegas del pienso para las vacas, cerca de 4,5 toneladas de cocaína.
Inmediatamente se conoció la noticia en Colombia se pudo establecer que la empresa dueña de las vacas y que las iba a exportar a Oriente Medio era Frontera Vacana, una compañía creada apenas en 2019 con un objeto social que le permite la importación, exportación y comercialización de productos relacionados con la reproducción de embriones de animales bovinos.
Ante la preocupación por la aparición de la droga en un cargamento de ganado, el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, aseguró en entrevista con W Radio que conoce a Frontera Vacana, pero aclaró que esa no es una empresa ganadera y que solo se dedica a exportar.
Dijo que los ganaderos no tienen nada que ver con el proceso de llevar los animales a otros destinos, ya que ellos solo venden el ganado y una vez salen de las fincas para ser comercializados ya no son responsabilidad del gremio.
A pesar de esa explicación, llama la atención todo lo que aparece en los registros de esa compañía que ahora está involucrada en la incautación y que seguro tendrá que dar explicaciones ante las autoridades competentes.
Esta columna rastreó los reportes de Frontera Vacana que aparecen en la Cámara de Comercio de Bogotá y encontró toda una red empresarial que deja en evidencia la presunta creación de empresas de papel que sirven de fachada para otro tipo de actividades. Incluso, hay hilos que conectan hasta con el fallecido José el 'Ñeñe’ Hernández.
En primer lugar, hay que decir que quien aparece como representante legal y gerente general de Frontera Vacana es la señora Andrea Stella Castro Fernández. Sin embargo, esta empresa hace parte de un grupo empresarial llamado Netrex, creado también en 2019 y cuya cabeza es la misma señora Castro.
Netrex, que ante la Dian declaró que sí es una compañía de cría de ganado bovino, es la controlante de otras cinco empresas que son Centro de Recría la Victoria, Gyrlife, Vacana Esperanza, Comercializadora VL y Agropecuaria la Vía Láctea. Todas son sociedades con acciones simplificadas y causa inquietud que todas tienen como representante legal y gerente, otra vez, a Andrea Stella Castro.
Es decir, una misma persona es la gerente de la empresa matriz Netrex, pero además está a la cabeza de las seis empresas que hacen parte de ese grupo, entre ellas Frontera Vacana, la que ahora aparece como responsable de exportar el cargamento de ganado que iba a territorio libanés.
Y eso no es todo. Las compañías que representa la señora Castro Fernández están domiciliadas en Bogotá y lo peor es que comparten sede en un apartamento al occidente de la ciudad. Entonces, ¿seis empresas y la matriz de uno de los grupos más grandes de cría de ganado y de exportación bovina en Colombia funcionan en una misma dirección que parece ser la casa de la gerente que controla todo?
Expertos consultados por esta columna nos aseguran que ninguna empresa o grupo legalmente constituido actúa así. No se entiende tampoco por qué en todos los documentos de existencia, asambleas y otros trámites de esas compañías solo aparecen firmas de la contadora Andrea Castro, que es la gerente de todas, junto a otro nombre que también llama la atención.
Hablo de María Paula Orozco, quien en los registros aparece como la principal y única accionista de algunas de las compañías del grupo Netrex, tiene cédula colombiana, pero nació en San Antonio de Táchira en Venezuela y dice ser ganadera. Ella le dio todo el poder a Andrea Castro de manejarle las compañías y solo aparece para firmar las actas de extrañas asambleas en las que solo se discuten dos o tres puntos en el orden del día.
María Paula Orozco es hija del venezolano Raúl Andrés Orozco, quien aparece en algunos documentos como propietario de Agropecuaria Vía Láctea, antes dueña de Frontera Vacana y ahora parte del conglomerado que encabeza Netrex. Ese empresario, según el portal de noticias Halcones y Palomas, es conocido como el “jeque del oro” y ha estado involucrado con sus antiguas compañías en varios escándalos de corrupción y conductas ilegales en su país.
Fuentes le contaron a esta columna que, en Colombia, Raúl Andrés Orozco, habría sido socio del santandereano Alexander ‘Toto’ Ariza, uno de los ganaderos capturados en 2020 por exportaciones fraudulentas y quien también fue mencionado en una de las conversaciones que le fueron interceptadas a José Guillermo el 'Ñeñe’ Hernández, protagonista de la llamada ñeñepolítica.
Un detalle más frente a todas las inquietudes que causa la conformación y funcionamiento de la empresa Frontera Vacana, es que el dominio de su sitio web está restringido y tiene privacidad para que nadie pueda ver a nombre de quién está, quién lo maneja y a quién pertenece.
Esperamos una investigación profunda de las autoridades sobre este caso que definitivamente genera muchas dudas.
