Luis Alberto Arango
8 Marzo 2024

Luis Alberto Arango

El costo de comprar lealtades

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

La estrategia del gobierno de Petro, que prefiere en su entorno a la lealtad política sobre la experiencia y el conocimiento, es una estrategia política equivocada con efectos perdurables para Colombia.


En medio de las constantes polémicas, el presidente Gustavo Petro ha orientado su estrategia de gobernabilidad hacia un fortalecimiento ideológico de la izquierda dentro su gobierno. El nombramiento en propiedad de figuras prominentes dentro de esta corriente política para ocupar posiciones clave en entidades estatales, como el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD), revela una preferencia por la lealtad ideológica sobre la competencia técnica y la experiencia. 

La transición de Jorge Iván González por Alexander López en el DNP, la llegada de Gustavo Bolívar al DPS, y el reemplazo de Olmedo López, quien tampoco tenía experiencia para el cargo, por Carlos Carrillo en la UNGRD, son ejemplos emblemáticos, de este giro hacia un gobierno más ideologizado. Estos cambios, aunque reflejan la prerrogativa presidencial de designar a su equipo, también suscitan inquietudes respecto a la meritocracia, la experiencia y la especialización necesaria para afrontar los complejos desafíos que enfrenta Colombia.

En un giro irónico, tanto Bolívar como Carrillo, recientemente posesionados a pesar de su falta de experiencia y aptitud para sus cargos, han sido previamente críticos en sus redes sociales contra nombramientos similares por carecer de idoneidad. Esta paradoja destaca una discrepancia notable entre lo que proclamaban y lo que ahora representan. Las acciones contradicen las palabras, evidenciando las complejidades y las incongruencias de la política.

La historia y la teoría organizacional advierten sobre los riesgos de priorizar la lealtad sobre la competencia: disminución de la eficiencia, erosión de la confianza pública, desmoralización del empleado público capaz y competente, aumento del riesgo de corrupción y exacerbación de la polarización.

“Las acciones contradicen las palabras, evidenciando las complejidades y las incongruencias de la política”.

La preferencia del gobierno por la lealtad ideológica, en detrimento de la probada competencia y experiencia, es reflejo de una desconfianza hacia la tecnocracia y burocracia existente que, si bien puede proporcionar un control ideológico a corto plazo, es la receta perfecta para la inoperancia y el incumplimiento de metas a largo plazo. Esta visión miope y cortoplacista no le permite al presidente Petro comprender que su capacidad para ejecutar efectivamente sus iniciativas de cambio y desarrollo quedarán seriamente comprometidas. Como resultado, es previsible que el resto del periodo de gobierno esté marcado por la ineficiencia y la incapacidad de implementar políticas públicas eficaces.

Los colombianos debemos prepararnos para soportar un gobierno ineficaz e ineficiente. Mientras tanto, los servidores públicos competentes y capaces, seleccionados por sus méritos y no por lealtades, cargarán con la responsabilidad hercúlea de mantener al Estado colombiano a flote, intentando mitigar los efectos de decisiones mal informadas y de previsibles errores de aquellos nombrados exclusivamente por su fidelidad al gobierno. Esta situación nos obliga a reflexionar sobre nuestra responsabilidad colectiva de proteger y preservar las instituciones estatales frente a esta nueva realidad.

“Como resultado, es previsible que el resto del periodo de gobierno esté marcado por la ineficiencia y la incapacidad de implementar políticas públicas eficaces”.

El paso de este gobierno será transitorio, pero dejará tras de sí la imperiosa necesidad de reconstruir, con responsabilidad y sin mirar atrás, lo que haya sido afectado por una gestión caracterizada por la preferencia de la lealtad sobre la preparación. La elección de un gobierno de izquierda representó para varios la esperanza de una nueva forma de gobernar, libre de los vicios tradicionales. Sin embargo, esta oportunidad histórica perdió el rumbo y ha defraudado a más de un elector, que pensó que el cambio si era posible. 

Como país, debemos asegurarnos de que, en futuros ciclos electorales y gubernamentales, se priorice la capacidad y la preparación sobre cualquier otro criterio de selección. Solo así Colombia podrá avanzar hacia un futuro donde las oportunidades de progreso y cambio sean una realidad tangible para todos sus ciudadanos, más allá de cualquier lealtad política. La gestión del Estado requiere de una visión estratégica que armonice ideales con pragmatismo, donde el compromiso con el bienestar colectivo y el desarrollo sostenible prevalezca sobre las divisiones ideológicas.
---
Si usted quiere compartirme ideas, sugerencias o comentarios acerca de esta columna o de otro tema, por favor escríbame, me interesa conocerlas.

Mi e-mail es: columnaluisarango@gmail.com

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas