Weildler Guerra
25 Mayo 2023

Weildler Guerra

El Museo de los Derechos Humanos

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En la ciudad canadiense de Winnipeg se encuentra un ente cultural que invita a explorar y reflexionar sobre la situación de los derechos humanos en ese país y en todo el mundo. Este es un museo que busca explorar el tema desde diferentes perspectivas grupales e individuales. Ello se plasma en su propia arquitectura pues el edificio que lo alberga se asienta sobre bases que representan variadas raíces. La cúpula del museo se muestra aun en construcción como corresponde a la idea de los derechos humanos cuyos conceptos y procesos se perciben siempre inacabados. Sus salas recurren a recurso visuales, sonoros, lúdicos, artísticos y tecnológicos dirigidos a estimular los sentidos, las emociones y las reflexiones sobre el tema central del museo.  Estos recursos incitan a romper el silencio sobre las atrocidades ocurridas de manera dolorosa y recurrente a lo largo de la historia y a cuestionar al eterno cómplice de los actos de inhumanidad como lo son las actitudes y prácticas negacionistas.

En un recorrido sobre los antecedentes históricos de los derechos puede observarse a varias figuras de la política, la religión, las letras y la filosofía de la antigüedad. Clístenes introduce la idea de un gobierno democrático en la antigua Atenas. Sófocles redacta su obra teatral Antígona en la que la conciencia personal prima sobre las leyes de la ciudad. El monarca persa Ciro el Grande proclama la tolerancia religiosa. El Ubuntu, una filosofía basada en el respeto mutuo y la generosidad, emerge en África. El pensador chino Mencio considera que las personas comunes son tan importantes dentro del Estado como los mismos reyes. Todo este recorrido histórico nos lleva hasta puntos de inflexión en materia normativa como la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por diversos países en1948    

Las salas del museo nos muestran los horrores de los genocidios de Armenia, Camboya, Ruanda y Srebrenica. Pueden apreciarse imágenes y testimonios del holocausto de la Segunda Guerra Mundial que se extendió contra los judíos y los gitanos, pero cuyas acciones de exterminio también iban dirigidas contra personas que tenían orientaciones sexuales distintas a las avaladas por el nazismo.  Las violaciones a los derechos humanos generadas desde el Estado tienen un espacio destacado. Allí se hacen visibles las muertes de miles de niños indígenas canadienses en los internados administrados por religiosos y cuyo lema era “dar muerte al indio que está dentro del niño”. Estas muertes, cuyo número real se eleva cada vez más en la medida en que aparecen nuevas fosas, originaron una catástrofe demográfica y cultural cuya resonancia tiene aún efectos devastadores dentro de los pueblos amerindios de este vasto país.             

 El Museo de los Derechos Humanos cumple una misión pedagógica admirable, aunque no exenta de contradicciones entre su contenido y la situación de los pueblos indígenas circundantes. Esta institución se e encuentra a orillas del llamado Río Rojo del Norte en las tierras ancestrales de varias naciones indígenas como los Anishinabek y los Inninewak, entre otros. Justamente la ciudad de Winnipeg toma el agua del lago Shoal para abastecer a sus habitantes y ha creado canales con otras fuentes hídricas que contaminan estas aguas para los pueblos indígenas dueños de esos territorios. Un recorrido por sus tierras, protegidas por antiguos tratados, nos revela un gravísimo deterioro ambiental y sanitario causado por la contaminación de mercurio en el lago de Grassynarrow. Las apetencias mineras sobre sus tierras contribuyen a un desconocimiento extendido de los derechos humanos de los miembros de estas primeras naciones indígenas del Canadá.

Esta dramática situación nos lleva de regreso a las peguntas planteadas durante el recorrido del museo: ¿Qué son los derechos humanos? Los ideales sobre estos se convierten en realidad a través de las acciones, la imaginación y el compromiso que tenemos de construir un mundo mejor para todas las personas. Podríamos añadir también que la noción acerca de lo que consideramos una persona debe examinarse continuamente e incluir a las ontologías indígenas, pues su definición puede y debe extenderse más allá de seres humanos. 

wilderguerra@gmail.com

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