Valeria Santos
4 Junio 2023

Valeria Santos

¿Acoso laboral en la Empresa Metro de Bogotá?

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Cerca de ocho décadas han pasado y los bogotanos seguimos repitiendo en cada gobierno de la ciudad, casi de manera esquizofrénica, que nunca hemos estado tan cerca de tener metro. No ha habido un proyecto más politizado que refleje mejor la incompetencia, el clientelismo, el espectáculo de lo absurdo y las eternas promesas sin cumplir de nuestros gobernantes que el del metro de Bogotá. Hoy no es distinto. Aunque hay una primera línea contratada, y las obras ya comenzaron, los cuestionamientos alrededor del consorcio chino no son menores. Además, dentro de la empresa del Distrito encargada de desarrollar este proyecto, hay preocupantes denuncias sobre acoso y maltrato laboral.

Esta columna recogió el testimonio de siete funcionarios y contratistas de la Empresa Metro de Bogotá, EMB, que aseguran que dentro de la organización hay un ambiente, implantado por el gerente general Leonidas Narváez y reproducido por las diferentes subgerencias de la compañía, de intimidación, persecución, maltrato verbal y psicológico. 

El presunto aprovechamiento de las jerarquías dentro de la EMB para intimidar a los subalternos que no obedezcan órdenes dirigidas a alimentar los intereses particulares de los subgerentes ha creado, según las fuentes, “una estructura organizacional poco técnica en donde el miedo, los señalamientos, la persecución y el maltrato con el fin de motivar renuncias son sistemáticos”.

Una abogada que trabajó por varios años en la EMB y que salió hace poco por las graves afectaciones a su salud mental —que aún persisten— causadas por el acoso que, según ella, sufrió dentro de la empresa del Distrito, le aseguró a esta columna que Leonidas Narváez “se rodea de personas estratégicas, la principal es Cristina Restrepo que es su secretaria privada y encargada de negociar con concejales las personas que se deben contratar con salarios entre doce y quince millones de pesos y asesores hasta de veintitrés millones, quienes en ocasiones ni van a trabajar, pero son absolutamente intocables”; además, afirmó que “generalmente las personas que él saca son nombramientos que ha negociado con concejales a cambio de que voten a favor del metro en el Concejo”.

La abogada cuenta: “El acoso laboral que yo viví se dio claramente por tener un concepto técnico diferente a lo que él quería que se hiciera en el proceso de la primera línea del metro de Bogotá y lo que empezó a pasar fueron represalias, gritos, desprecios, dañar el buen nombre, la honra y el profesionalismo. No valieron radicados, ni ningún comité de convivencia, absolutamente todo lo tiene manipulado a su favor”. Leonidas, según esta misma fuente, “es una persona que grita, señala y manotea los escritorios”.

Otro abogado que trabajó en la gerencia ejecutiva y que también renunció por los nervios que le causó el acoso del que fue víctima, a pesar de la incertidumbre de quedarse sin trabajo, le manifestó a esta columna que el gerente general de la EMB “es un señor supremamente grosero que grita todo el tiempo, golpea la mesa, habla despectivamente y tiene a sus asesores actuando igual que él”. El abogado cuenta que lo hacían trabajar más de diecisiete horas al día, incluyendo los fines de semana cuando estaba con sus hijos, en un ambiente hostil de maltrato e intimidación absoluto. Asegura, además, que más del 90 por ciento de la empresa quiere hablar, pero nunca lo harán por el miedo de quedarse sin ingresos. 

Un integrante del equipo de la subgerencia de gestión predial también aseguró que la actitud del gerente general la replican los otros gerentes de la compañía, “esa actitud soberbia, grosera y de violencia no solo verbal sino también física, al pegarles a los escritorios, computadores, dejarnos hasta la una de la mañana, se traslada a todo el equipo”. Asegura que dentro de la compañía se trabaja con miedo y eso afecta la productividad de la misma empresa. 

Otro testimonio que recibió esta columna pidió reservar no solo su nombre, sino también su cargo y el área donde trabajó, hasta que renunció por el maltrato del que fue víctima por parte de su gerente directo, y que, asegura, es una réplica del ambiente creado por el gerente general. Cuenta esta persona que: “Todo el tiempo me hacían sentir bruto, trabajaba hasta las once de la noche y comenzaba a las siete de la mañana, no me dejaban pararme ni por un café”. También afirmó que habló con recursos humanos, sin mucho éxito, porque no querían darle el permiso de medio día para salir a votar. 

El testimonio de otro profesional que tampoco aguantó el maltrato relata cómo trabajó todo el tiempo con miedo, en un ambiente de sobrecarga laboral, en donde las críticas y las burlas por parte de sus superiores eran permanentes, “no solo hacia mi trabajo sino también a mi personalidad, por ejemplo por la forma como me vestía”. A pesar de que acudió a talento humano no pasó nada, “el acompañamiento que yo recibí fue nulo”. De hecho, cuenta: “Yo me apoyé en talento humano y el mensaje que me dieron fue que es mejor que usted no vaya a exponer eso en el comité de convivencia para que no vaya a tener más problemas con la jefe y cada vez que yo trataba de buscar ayuda o apoyo en talento humano la información de inmediato llegaba a mi jefe y eso encrudeció más la situación”.
Esta columna también conoció el testimonio de una contratista que narra cómo, a pesar de no ser de planta, le exigen presencialidad. Además, relata que reiteradamente es víctima de expresiones como: “Yo te estoy regalando el sueldo porque tú no haces nada”. Adicionalmente, denuncia tratos denigrantes y hostigamiento. “Por ejemplo, algo que yo viví es que tú no puedes denunciar en la entidad, no puedes decir, oye, es que esto está mal, porque enseguida todo el personal de la subgerencia de gestión predial te deja de hablar y te aíslan”. 

Por último, esta columna habló con Alfonso Rodríguez, encargado de la gestión financiera del equipo predial hasta hace poco, cuando, según él, fue despedido de manera injusta por haber denunciado el acoso laboral del que estaba siendo víctima, incluso después de que su evaluación de desempeño arrojara un resultado de 98/100. Según Rodríguez, “es de conocimiento general que dentro de la EMB, el clima laboral es negativo y por esto más de una persona ha sido víctima de este flagelo”. Cuenta que lo excluían de las reuniones en las que se hacían comentarios denigrantes como "el financiero no estará, pero no se va por acoso laboral, sino por malo".

También relata cómo, después de haber ejercido las acciones pertinentes dentro de la compañía para mejorar su condición psicolaboral, lo excluyeron de todas las reuniones y lo acusaban en manera de burla de "llorón". Manifiesta que a pesar de que el Ministerio de Trabajo tuvo que exhortar en tres ocasiones al comité de convivencia para que se activara y lo escucharan; cuando finalmente lo hicieron, lo despidieron.

Es importante mencionar que todos los testimonios reiteran un ambiente de acoso y de hostigamiento laboral sistemático. Además, todas las personas entrevistadas siguen sufriendo consecuencias psicológicas graves y problemas de autoestima e inseguridad. Las conductas de los subgerentes y del gerente general descritas por las fuentes están prohibidas en el ordenamiento jurídico. Normalizar los espacios de trabajo intimidantes, violentos y donde se hostigue no solo es anacrónico y poco estratégico, es además jurídicamente sancionable y puede ser un delito. 

Más vale que la alcaldesa Claudia López investigue lo que puede estar ocurriendo dentro de la EMB. No puede ser exitoso un proyecto cuando quienes lo deben sacar adelante están siendo víctimas de acoso laboral. Además esta no es la primera vez que hay denuncias de acoso laboral en las entidades del Distrito. 

Para profundizar

Esta columna intentó contactar al gerente general de la EMB, Leonidas Narváez, pero lamentablemente no obtuvo respuesta. 

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