Un informe de la Fiscalía delegada para las Finanzas Criminales de Colombia describe el papel de empresas nacionales, ONG, familias de la costa y delincuentes locales en la operación, presunta financiación y entrenamiento del grupo terrorista Hezbolá, otra organización clave en este conflicto entre Israel y Hamás en la franja de Gaza.
Una mayor implicación de esa organización armada chiita libanés también conocida como, Hezbulá, Hizbulá, Hezbollah o Hizbullah, es uno de los factores que más preocupan a los analistas, ya que este grupo puede generar una escalada bélica internacional. En especial por su relación con Irán, país que es el máximo respaldo ideológico, económico y militar de ese grupo armado antisionista.
Un poco de contexto.
El pasado 25 de octubre se llevó a cabo una reunión en un lugar secreto en Beirut entre tres líderes de grupos terroristas. En un lado estaba el jefe de la organización Hezbolá, Hassán Nasrallah, y en el otro el número dos de Hamás, Saleh al-Aruri, con el líder de la Yihad Islámica Palestina, Ziad Nakhaleh. En la cumbre se acordó mantener la “coordinación” entre los tres, además de estudiar los pasos a seguir durante la respuesta a Israel.
La noticia de la cumbre se produce mientras Hezbolá y las facciones palestinas aliadas intercambian fuego a diario con el ejército israelí a través de su frontera norte con Líbano, lo que hace temer un nuevo capítulo de la guerra contra Hamás en Gaza en el límite suroeste de Israel.
Hezbolá significa partido de Dios y es una formación extremista que defiende y practica la lucha armada. Tiene gran influencia en el sur del Líbano, lugar donde se concentra una gran cantidad de población chií, y a donde llegó una oleada de refugiados palestinos a partir de 1948. En 1992 decidió participar en las elecciones libanesas con el apoyo del ayatolá de Irán.
Por esto Hezbolá ha vuelto a configurarse como un actor clave en el conflicto entre Israel y las milicias palestinas. Y aunque buena parte de los gobiernos del mundo árabe lo consideran un movimiento de resistencia, que profesa el antiimperialismo, el antisionismo y el nacionalismo árabe, su brazo armado es considerado un grupo terrorista por parte de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Reino Unido, Egipto y otros países, como consecuencia de los múltiples ataques que ha perpetrado en contra de la población civil indefensa.
Por eso volvamos al informe de la Fiscalía y al papel de Colombia. El documento es de junio de 2022 y revela las evidencias de su operación en el país, las empresas, individuos y organizaciones no gubernamentales con las que tienen presuntos nexos. Todos en conexión directa con el régimen venezolano, por medio de Tareck El Aissami, exministro de Petróleo de Venezuela, acusado de narcotráfico por la justicia de Estados Unidos, y quien renunció el 20 de marzo a su cargo. Desde entonces su paradero se desconoce.
El informe de 28 páginas, bajo el nombre “Caracterización del grupo terrorista Hezbolá”, establece que el organigrama delincuencial de Hezbolá en Colombia, se conecta desde Venezuela, por medio del tráfico de drogas y el lavado de dinero con las disidencias de las Farc, o Segunda Marquetalia. Más directamente con el sanguinario Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa y, desde su muerte, con los herederos de su estructura del negocio de cocaína.
Por el mismo negocio ilícito, y como mecanismo para entrenar terroristas en el campo de batalla, Hezbolá también se ha relacionado directamente con directivas de la guerrilla del ELN. Específicamente, según la investigación, con Cristóbal Grimaldo Álvarez, alias Jaime, quien ha funcionado como el coordinador histórico entre Hezbolá y el ELN. (Ver Anexo 1)
Recordemos que, en enero de 2020, Colombia también designó a Hezbolá como grupo terrorista. Y que la ruta entre Irán y Venezuela se ha especializado en llevar cocaína colombiana y dólares al Medio Oriente, devolviendo capitales lavados y armas. Pero fuera de eso existen otras complicaciones, como la colaboración con tecnologías que generan factores de inseguridad para el país. Me explico.
Según han podido determinar las agencias de inteligencia internacionales, Irán instaló un centro de monitoreo de comunicaciones de la región que funciona desde Venezuela. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Oxford sobre manipulación cibernética, Venezuela es el país más avanzado en América Latina, y el undécimo del mundo en este campo, mientras que Colombia aparece como uno de los países con más baja capacidad, y completamente vulnerable a la presencia de bots y bodegas destinadas a desinformar.
Este riesgo se agrava en épocas electorales como ahora y nos hace víctimas de hackeos masivos, como el sucedido hace un mes, cuando Colombia amaneció sacudida por las secuelas de un ciberataque masivo que se apoderó de los datos y el control de la web de la rama judicial, el Ministerio de Salud, la Superintendencia de Industria y Comercio, la Superintendencia de Salud y muchos otros organismos.
Pero volvamos al informe. De acuerdo con el reporte de la Fiscalía el otro presunto vínculo de Hezbolá en el país, según el mapa de actores, era el exgobernador de Arauca, Ricardo Alvarado Bestene. Alvarado fue investigado por los delitos de concierto para delinquir, financiación del terrorismo y de grupos de delincuencia organizada, contrato sin cumplimiento de requisitos legales y peculado por apropiación, por sus presuntos vínculos con la guerrilla del ELN. (Ver Anexo 2)
En julio pasado, el exgobernador fue destituido e inhabilitado durante ocho años por la Procuraduría General de la Nación, por un caso de sobrecostos en uno de los contratos del Programa de Alimentación Escolar en Arauca. ¿Cómo no? Cuando se habla de corrupción, no importa si es robándose la comida de los niños o aliándose con organizaciones terroristas dedicadas al exterminio del Estado de Israel. Todo se le tiene, como en botica.
Pero de ahí el informe se va a los empresarios, en especial a lo que llaman el clan Rada, con presencia en Colombia y Venezuela. Esta familia fue identificada porque en 2017, autoridades migratorias colombianas deportaron al señor Abdala Rada Ramel, de nacionalidad venezolana y libanesa, quien era sospechoso de liderar una red de tráfico de drogas y contrabando desde Maicao a Cartagena.
En el interrogatorio inicial, Abdala Rada reveló que sus actividades estaban coordinadas con un líder de Hezbolá en América Latina llamado Salman Raouf Salman, quien ha estado involucrado en actos terroristas de alcance mundial.
Es importante mencionar que la relación entre Salman Raouf y el clan Rada se remonta al atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires, que causó la muerte de 85 personas y más de 300 heridos. En ese bombazo participó Amer Mohamed Akil Rada, líder del clan Rada, con quien Salman Raouf se ha encargado de desarrollar la influencia de esa organización terrorista en Argentina, Brasil, Venezuela y Colombia.
Según la Fiscalía, el actuar criminal de Amer Mohamed Akil Rada, incluye el establecimiento de empresas de importación y exportación en Colombia y Panamá, a través de las cuales se envían textiles y carbón vegetal al Líbano. Ya vamos para allá, puesto que, para las autoridades, el carbón es utilizado con frecuencia para camuflar envíos de cocaína y explosivos, porque puede neutralizar la detección del olor. Inoloro, pero no indoloro.
Por estas razones y en concordancia con la inteligencia de la Fiscalía colombiana, el pasado 12 de septiembre el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en colaboración con la DEA, impuso sanciones a importantes agentes operativos y facilitadores financieros de Hezbolá que operan entre la región de América Latina y el Líbano. Entre los sancionados se destacó a Amer Mohamed Akil Rada y a su familia.
Su hijo, el señor Mahdy Akil Helbawi, es un empresario barranquillero perteneciente a esta red vinculada a Hezbolá que está en el mapa de la Fiscalía y que también fue sancionado por los Estados Unidos, reseñado con varios alias, tales como Akil, Mahdi Amer y Aquil.
Este señor y su hermano Mouhamed Helbawi están acusados de ejecutar diversas actividades comerciales para financiar operaciones de ese grupo terrorista, por medio de una empresa en Barranquilla, denominada Zanga SAS, dedicada, según autoridades, al blanqueamiento de capitales en la industria del carbón, en la cual se vinculan transacciones a su padre y en la que Mahdy Akil Helbawi figura como director. (Ver Anexo 3)
Pero este listado de la Fiscalía no solo lo conforman compañías con actividades presuntamente ilícitas, como lavado de dinero en sus negocios de textiles y de carbón. También con organizaciones sin ánimo de lucro que han sido clasificadas, por el reporte de la Fiscalía, como una célula creada por ese clan para el desarrollo de la estructura de Hezbolá.
La Fiscalía identificó que la organización Shahid Soleimani ONG, la cual lleva el mismo nombre del líder terrorista eliminado por Estados Unidos, es una organización “cívica proiraní que está tratando de presentar a un terrorista como un pacificador”. Esta organización fue creada el 28 de noviembre de 2020, según las autoridades para presuntamente captar la atención de nuevos simpatizantes y miembros que quieran pertenecer a las células extranjeras de Hezbolá.
La ONG fue fundada por el señor Marlon de Jesús Cantillo Borrero, una persona que se autodefine, según su página web, como un teólogo de paz con estudios islámicos graduado de la Universidad Mustafa Qom en Irán, y estudios de economía en la Universidad del Atlántico. El señor Cantillo fue candidato al Senado de la República, avalado por el partido Fuerza Ciudadana, con una agenda, entre otras, buscando que los centros religiosos no paguen impuestos.
Pues bien, según la investigación de la Fiscalía, el señor Cantillo Borrero fuera de ser el representante legal de la organización Shahid Soleimani, también lo es de una mezquita de Bogotá o centro islámico llamado Fundación Cultural Ahlul Bayt. Además, según el mapa de la Fiscalía, es propietario de una empresa llamada Cilex registrada en Rumania y también un escritor en favor del régimen de Venezuela y las políticas de Irán.
Por esto no sorprende que el 18 de julio de 2023, la secretaria jurídica distrital de Bogotá, después de una juiciosa investigación de las actividades de la ONG manejada por el señor Cantillo, sancionó a la organización Shahid Soleimani por medio la resolución 370 con la debida cancelación de su personería jurídica. (Ver Resolución)
Pero el reporte de la Fiscalía no debería parar ahí. Ya que en la investigación brilla la ausencia del señor Alex Nain Saab Morán preso en Estados Unidos. El 12 de junio de 2020, el empresario colombiano de ascendencia libanesa, fue arrestado en el aeropuerto de Cabo Verde, cuando iba en camino a su casa en Teherán. Este fue un gran golpe para las redes ilícitas del régimen de Nicolás Maduro, ya que Saab es acusado de ser un facilitador clave de Irán y Turquía, involucrado en presuntos negocios corruptos y lavado de dinero en Venezuela desde 2004.
Uno de los negocios que involucró al empresario con Hezbolá, es el oro que se extrajo del Arco Minero venezolano, en un esquema de oro por alimentos con Turquía. Algunos informes sugieren que Hezbolá ha estado operando en terreno en esta región densa en riqueza mineral del sureste de Venezuela, de la mano del ELN y las disidencias de las Farc. Y la red local de corrupción de Alex Saab y el sistema financiero que manejaba, fue uno de los elementos importantes para poder enviar dinero, pasando por Colombia, de Venezuela a Hezbolá.
Por eso en la tensión tan complicada que se vive actualmente en Israel y Gaza, no hay otra alternativa que atacar sin miedo el terrorismo salvaje que ha cometido Hamás en contra de la población israelí, entre quienes hubo víctimas musulmanas, cristianas y trabajadores budistas del sudeste asiático. No solo judíos. También hay que atacar de frente el terrorismo que puede cometer Hezbolá y la Yihad Islámica Palestina en apoyo a Hamás, sin por ello permitir, bajo ningún motivo ni justificar de ninguna manera, los abusos del ejército israelí en contra de la población palestina indefensa o las violaciones a los derechos humanos que se están dando en este conflicto tan triste y atroz.
Es importante entender que esas organizaciones terroristas, que atacan a Israel y que se ven tan lejanas de la realidad colombiana, se terminan alimentando de estructuras de descomposición en nuestro país, y de alianzas con personas cercanas al régimen venezolano, organizaciones criminales atadas al narcotráfico, políticos condenados y estructuras de blanqueamiento de capitales.
Eso no tiene posición política defendible, no importa de qué lado se quiera anclar uno con respecto a la tensión en el Medio Oriente, ya que siempre hay que pararse del lado de las víctimas. Y de ese entramado de putrefacción entre regímenes dictatoriales, guerrillas mafiosas, empresarios polémicos, ONG falsas, narcotráfico y compañías para el lavado de dinero que alimentan estructuras ilegales, unas de las víctimas, localmente, las ponemos nosotros con mayor corrupción y más muertos. Un país que ha sufrido esas secuelas de la guerra, el terrorismo y el narcotráfico por más de medio siglo no puede bajar la guardia ante esa amenaza. Es un deber mucho más que moral.
@yohirakerman; [email protected]