Alejandro Villanueva
26 Mayo 2022

Alejandro Villanueva

El que dijo no robar

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Rodolfo Hernández Suárez no es el de Uribe y mucho menos es un caballo de Troya, ahí es cierto lo que afirma sobre ser un exitoso empresario santandereano que no necesita plata de algún partido político. Pero gracias a las emociones despertadas hacia una clase gobernante, logra omitir que su mayor actividad económica nunca ha sido la construcción, es la política. 

 

Rodolfo tarjetón

Para entender lo que sería una posible presidencia de ese señor no hace falta especular y apuntar a su personalidad o a sus desafortunadas e ignorantes declaraciones. Tales eventos constantemente nombrados son solo la punta del iceberg que podría hundir este Titanic, pero toca bucear más. Ya que las fallas trágicas de Rodolfo no se resumen en Vitalogic y sus célebres frases.

Rodolfo Hernández lleva más de 20 años invirtiendo en los políticos santandereanos. Aportar a campañas políticas para él es una inversión más y su inicio en la política no fue un acto de altruismo, es la historia de una inversión mal hecha, una venganza planeada contra su ahijado, el exalcalde de Bucaramanga Luis Francisco Bohórquez. 

Rodolfo

Rodolfo con la expectativa de que le devolviera el gesto con jugosos contratos que involucran a los cerros orientales de Bucaramanga, le aportó a su campaña más de 100 millones de pesos. Una vez que su ahijado ya victorioso se negó a cumplirle, decidió planear su venganza: lanzarse a la Alcaldía de Bucaramanga. 

Con un buen equipo de comunicaciones, promesas de 20.000 casas, la filosofía de su hermano: “Lógica, Ética y Estética'' y una campaña austera, contra todo pronóstico, logró ser elegido alcalde de Bucaramanga, y ahí sus fichajes fueron curiosos. 

El señor Jorge Figueroa Clausen, íntimo amigo del narcotraficante Ñeñe Hernández fue nombrado como secretario de Desarrollo Social en la Alcaldía de Bucaramanga.

Fue nombrado como jefe de gobernanza su contradictor más peligroso: Manolo Azuero, excolumnista de Vanguardia Liberal y periodista de La Silla Vacía, quien anteriormente en su columna “Los Patronos de Chocoa” habría denunciado el negocio entre Rodolfo Hernández y el actual contralor de Santander Fredy Anaya a través de Entorno Verde S.A., que buscaba darle vía libre al relleno sanitario Parque Chocoa. Quien volvió a tocar este tema fue el politiquero John Claro, cuando cuestionó a Rodolfo, fue golpeado.  

Rodolfo

A su vez, Rodolfo decidió pagar la nómina de su empresa HG con plata de la Alcaldía de Bucaramanga, contratando allí a más de 38 personas de su empresa, algunos trabajaban paralelamente con HG. 

Sigep

Ya en la alcaldía sus hijos se convirtieron en una réplica de Tomás y Jerónimo Uribe, Luis Carlos Hernández notarió una coima, luego Rodolfo le expresó su conocida frase a César Fontecha: “Fírmenle esa hpta garantía”. 

Rodolfo aplicó su política de “hacerse el pingo”. En su PAE se le denunció por “carne no apta para el consumo” pero vía su secretaria de Educación, Ana Leonor Rueda, respondió que era un PAE “digno y de calidad”, aun cuando sabía que este contaba con carne de burro y caballo.  Cuando fue revelado el escándalo salió a lavarse las manos, omitiendo que le avisaron anteriormente. 

La suspensión por participar en política causó su renuncia irrevocable, pero aún buscaba cumplir sus sueños contractuales. Mediante su nuevo heredero Juan Carlos Cárdenas, un señor que según él sin su apoyo “no sacaba ni 5.000 votos”, intentó llevar a cabo varios negocios. Bajo la fachada de que deseaba construir un parque para los “pobres” quiso que la Alcaldía de Bucaramanga le comprara por 100.000 millones un lote del cual es socio, el del Club Unión.

Rodolfo

Debido a la experiencia con Luis Francisco, tenía un plan de contingencia por si Juan Carlos lo traicionaba. En cabeza del presunto presionador de contratistas Carlos Sotomonte, quien hoy sus intereses lo guiaron al petrismo, montaron una lista al concejo de Bucaramanga y Floridablanca. 

En los debates del plan de desarrollo este hizo declaraciones a nombre de sus concejales y públicamente intentó chantajear al que en ese entonces era secretario de Planeación de Juan Carlos Cárdenas, Julián Silva. Afirmó que, si no le compraban el lote, sus concejales votarían negativo al plan de desarrollo.

¿Por qué los concejales le hacían caso? Sus listas al Concejo tuvieron varios problemas financieros. Rodolfo fue fiador del crédito destinado para pagar la póliza de seriedad del movimiento, esa plata nunca fue recibida por los concejales, pero aun así se las cobraron.  

Una vez ya electos, los concejales fueron llevados a su oficina personal, con la excusa de tal préstamo fueron presionados para firmar un pagaré en blanco. Esto no tenía sentido, ya que Rodolfo les había asegurado que la póliza sería pagada con la reposición de votos, pero firmaron. 

Luego se entendió que ese pagaré era para tener en cintura a los y las concejales. Si lo desobedecían buscaría un embargo y secuestro de los bienes de sus concejales, cosa que hizo con la concejala Milady Tovar luego de que esta junto a mí, realizara un video criticando a Rodolfo.  Ahí mismo les exigió la potestad para nombrar sus unidades de apoyo normativo, la concejala Marina Arévalo se negó y Rodolfo, sin ninguna prueba, públicamente la expuso como corrupta.

Milady Tovar

Para las elecciones legislativas junto al Pote Gómez, el parapolítico Tuerto Gil y el exgobernador condenado por corrupción Mario Camacho montaron su lista al Congreso.  Mario Camacho le ayudaría a través del ICBF, entidad que él domina en Santander, a obtener firmas amañadas para avalar su movimiento como fue denunciado en Vanguardia. 

La lista que obtuvo dos curules para las fichas de la politiquería tradicional que tanto critica. Erika Sánchez, quien trabajó en la campaña a la Alcaldía de Bucaramanga de la señora Claudia Lucero López, esposa del senador vinculado al clan del Golfo Miguel Ángel Pinto, hermana del empresario de alto riesgo Martín Tavera y el señor Juan Manuel Cortés, candidato a la Asamblea por el Partido de la U y ficha de su tío Marco Cortés. Ya en su campaña presidencial falsificaron firmas para su candidatura, cosa que denuncié hace ya algunos meses en el portal Desigual y que fue constatada por David Porras Pérez, excolaborador de la campaña de Rodolfo.

Hernández es mucho más de lo que intentan mostrar, es un negociante que se ha sabido camuflar como un filántropo de la política. De llegar a la presidencia si bien donaría su sueldo y buscaría eliminar un montón de gastos innecesarios, va a expandir su modelo de negocio a la capital, ese que lo hizo millonario. Pero, Rodolfo tiene algo bueno, su discurso caló e hizo que la gente pensara de una manera más general y popular sobre lo público, que una gran parte de la sociedad rechazara la corrupción. 

Permitiendo así que Santander entendiera que el voto de opinión sí existe, eligiendo personajes como Carlos Parra, Ferley Jaimes, Danovis Lozano y Cristian Avendaño a cargos de elección popular. Cargos que antes eran completamente amañados por las maquinarias políticas. Rodolfo representa algo para la gente, dárselas de biempensante y negarlo es desconocer completamente su fenómeno político, pero sus acciones hacen que le quede grande lo que profesa. No escribo esto para avalar el otro candidato “alternativo”, creo firmemente que nuevamente Colombia está destinada a elegir lo menos peor y no basta con ser antiuribista para representar un verdadero cambio. 

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