Nuevos documentos obtenidos en exclusiva por esta columna demuestran que la senadora Martha Isabel Peralta Epieyú, presidenta de la flamante Comisión Séptima del Senado de la República, está involucrada en la consecución de un oscuro contrato asignado a La Guajira por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD. Esto aunque ella quiera negarlo.
La senadora del Pacto Histórico en coalición con el Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS, respondió fuertemente a mi columna anterior titulada “Los 1,2 billones que giró la UNGRD”. En esa investigación se demuestra que Peralta está relacionada en tiempo, modo y lugar en los escándalos, entre otros, de los jagüeyes inexistentes en La Guajira. De nuevo, aunque ella intente negarlo.
La senadora asegura que todos los elementos que la entrelazan al nombramiento de su escudera y modista, Carmen Domitila Iguarán Suárez, por parte de la UNGRD en los meses clave de las entregas de los dineros, son un relato. Como también dice que es un cuento que esta funcionaria esté conectada, por medio de sus posiciones pasadas, con los giros de esta entidad de billones de pesos a Girón, Santander, en contratos relacionados con Maicao y Uribia, en La Guajira.
Recordemos que la señora Carmen Domitila trabajó en la Secretaría de Vivienda en el municipio de Girón en julio de 2019. Después tuvo dos contratos de prestación de servicios profesionales como enlace interinstitucional en la Secretaría de Gobierno de Maicao, celebrados en 2020. Paso siguiente trabajó en la oficina de rentas de la Alcaldía de Uribia, en 2021 y posteriormente aterrizó en la UNGRD. Todos con mandatarios muy oscuros y de la mano invisible de la senadora wayuu. Es elemental mi querida Martha.
Abro un paréntesis. El mito wayuu de la creación cuenta que el sol Kaí tenía una hija llamada Warattui, que significa claridad, y la luna Kashi tenía otra hija llamada Pluushi, que significa oscuridad. Ya sabemos por cuál de las dos hijas se inclinó la senadora en su mitología wayuu. Cierro. Por eso sigamos con las conexiones de tiempo, modo y lugar de la congresista Peralta en este escándalo, aunque ella se esfuerce en negarlas.
Tiempo: el 19 de septiembre, como establecimos en la columna titulada “Las reuniones en la UNGRD”, a las 9:57 de la mañana, la senadora Martha Peralta, ingresó a las oficinas de la Unidad a encontrarse con Olmedo López.
Modo: según los registros de entrada obtenidos por esta columna, la senadora del Pacto Histórico se encontraba en compañía de los señores Issac Francisco Rizcala Lozano y Jorge Rizcala Mudvi, quienes se identificaron en la UNGRD como funcionarios del Senado. En esa columna dijimos que el nombre de pila de la primera persona era Isaac, ya que así figura en la tabla de ingreso a la unidad, pero eso fue un error de digitación de la entidad y hay que aclarar que su nombre es Issa Francisco Rizcala Lozano. Sin la c de corrupción. Guarden ese dato.
Lugar: dos días después, el 21 de septiembre, la congresista del Pacto Histórico regresó a la dirección de la UNGRD, a las 9:33 de la mañana, para una segunda reunión con el señor Olmedo López. Estas reuniones son importantes por dos razones. La primera es que, un mes después, el 24 de octubre de 2023, la UNGRD contrató a la señora Carmen Domitila Iguarán Suárez, gran amiga y escudera de la senadora Martha Peralta.
Como se puede ver en su acta de inicio, esta funcionaria fue contratada para el grupo de gestión contractual, y se desempeñó por cinco meses como especialista y ordenadora del gasto. Gasto que presuntamente ayudó a ordenar con destino a Girón en Santander y La Guajira.
No olvidemos que la señora Iguarán fue mencionada ante los medios por el entonces subdirector para la Atención de Desastres de la UNGRD, Sneyder Pinilla, en su matriz de colaboración con la justicia. Carmen Domitila Iguarán por supuesto niega ser parte del entramado de corrupción.
Acá viene lo mejor. Un día después del nombramiento de la señora Carmen Domitila Iguarán, el 25 de octubre de 2023, el entonces subdirector de Manejo de Desastres, Sneyder Pinilla, aprobó la orden de proveeduría No. SMD-GS-MQ-189-2023 para atender una “situación de desastre de carácter nacional en el municipio de Rioacha (sic), departamento de La Guajira”. Esto es importante, ya van a ver por qué.
El contrato era por un valor de 2.125 millones de pesos para el alquiler de 7.500 horas de maquinaria amarilla equipo Buldócer. En el documento quedó establecido que pagarían 238.170 pesos por cada hora de alquiler de volquetas y retroexcavadoras para sequías, inundaciones, desbordamientos, movimientos de remoción en masa, sismos, entre otros que representen un escenario de emergencia.
Es importante aclarar, aunque suene obvio, que en esas fechas no hubo situación alguna de desastre nacional, o departamental en La Guajira, menos local en Riohacha. Pero esos son detalles, o pendejadas que llaman por ahí.
Porque los recursos sí se giraron y se gastaron. Todo con la autorización del ordenador del gasto, es decir, del subdirector general, Víctor Andrés Meza Galván, en un documento, que presenta horrores de ortografía como escribir mal Riohacha, elaborado por lo que, en los pasillos de la UNGRD, llaman los trillizos de la contratación.
Así como lo oyen. El contrato fue escrito por la funcionaria Daniela Mora, coordinadora de logística administrativa de la entidad, quien viene desde la administración de José González Angulo. Según sus firmas, el documento fue revisado por el señor Juan Camilo Llanos, contratista de la subdirección de manejo de desastres encargado del componente jurídico; y aprobado por, nada más ni nada menos, que el famoso Sneyder Pinilla.
Pues el detalle más importante es que el benefactor de ese contratico de más de 2.000 millones de pesos, o 2.125.670.373,75 pesos para ser exactos, es una empresa llamada Inversiones IRL SAS. Varias cosas sobre la compañía.
Según los registros públicos, su objeto y actividad económica, entre otras, son artículos de ferretería, pinturas, productos de vidrio, equipo y materiales de fontanería y calefacción, comercio al por menor de libros, periódicos, materiales y artículos de papelería. Otras actividades especializadas también incluyen la construcción de edificios y obras de ingeniería civil. De todo un poquitico.
La empresa canceló su matrícula en la Cámara de Comercio de Barranquilla “por traslado de domicilio” con inscripción en la Cámara de Comercio de Huila, de acuerdo con el registro único empresarial. Su dirección actual reportada es una casa residencial en Neiva en la zona de álamos norte, donde no existe una oficina de construcción o ingeniería, ni donde se puedan tener maquinaria amarilla o buldóceres. Finalmente, en 2021 la empresa cambió su nombre a Inversiones IRL SAS y antes de eso se llamaba Inversiones Rizcala Lozano SAS.
Sí señoras y señores, las siglas de la empresa corresponden a Isaa Francisco Rizcala Lozano. ¿Se acuerdan de uno de los acompañantes de la senadora Martha Peralta a la reunión con el señor Olmedo López que creíamos que se llamaba Isaac Francisco? Pues es el mismo, que canta y baila, y también contrata gracias a los buenos oficios de la congresista.
Repitamos esta línea de tiempo, para que no queden dudas y después la presidenta de la Comisión Séptima diga que estamos echando otro cuento. La congresista del Pacto Histórico visitó las oficinas del confeso corrupto Olmedo López en la mañana del 19 de septiembre y entró en compañía de los señores Jorge Rizcala Mudvi e Issa Francisco Rizcala Lozano.
El 24 de octubre, le nombran a su amiga cercana, y exmodista, la contratista Carmen Domitila Iguarán en la entidad como ordenadora del gasto. Y un día más tarde, el 25 de octubre, la misma UNGRD le da un contrato por más de 2.000 millones de pesos para horas de maquinaria en Riohacha a una empresa del Huila que es representada por la persona que la senadora Martha Peralta llevó a la entidad. Tiempo, modo y lugar. O también podríamos decir: tipicidad, antijuricidad y culpabilidad.
Como dijo Balzac, detrás de cada gran fortuna, hay un gran crimen. En Colombia se podría decir que detrás de cada fortuna hay un funcionario. Por eso no dejemos de lado al otro acompañante de la senadora Peralta a esa reunión con Olmedo López, el señor Jorge Rizcala Mudvi.
Al igual que Issa Francisco Rizcala Lozano, este está relacionado con un polémico contratista llamado William Rizcala Muvdi, quien fue en 2007 el responsable de las obras que nunca sucedieron para la construcción del Parque Tayku, en la ciudad de Santa Marta.
En este proyecto se robaron 3.000 millones de pesos, ya que fue adjudicado mediante una licitación pública con pliegos a dedo para que se lo ganara una compañía, que estaba vinculada con el frente Resistencia Tayrona, de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Como dijimos en la columna anterior, tres gobernadores tuvieron que responder por estos hechos, en especial por la cooptación del presupuesto de Magdalena por parte de los paramilitares, ya que, como es de conocimiento público, los dineros del proyecto Parque Tayku se los robaron, la construcción quedó abandonada y ahora únicamente sirve para prestar servicio de cementerio para camiones y maquinaria amarilla.
Los familiares de este contratista relacionado con el paramilitarismo y corrupción eran los acompañantes que la senadora del Pacto Histórico llevó a la reunión en la Unidad de Riesgo y que gracias a sus oficios se quedaron con un contrato para el arriendo de maquinaria amarilla en la atención de un desastre que nunca ocurrió. El círculo de la vida, o de la corrupción. De lo que sea, es un círculo en donde está la senadora Martha Peralta en la mitad, así ella lo quiera negar y el presidente Gustavo Petro lo pretenda ignorar. O quieran seguir tapando a Kaí con un dedo.
@yohirakerman; [email protected]