Luis Alberto Arango
7 Junio 2024

Luis Alberto Arango

Las elecciones en India y México

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The Economist analizó los resultados electorales en India y México, destacando los peligros de la concentración de poder y ofreciendo valiosas lecciones que Colombia puede aprender.


El prestigioso semanario The Economist presentó interesantes análisis sobre los recientes resultados electorales en India y México. Estos destacan positivamente el resultado en India, mientras advierten sobre los peligros en México. Sin eufemismos, señalan los complejos retos que enfrentarán los líderes electos de ambos países, ofreciendo lecciones valiosas para la democracia colombiana.

En India, Narendra Modi, quien llevaba una década en el poder, enfrentó una sorpresiva derrota al no lograr la mayoría parlamentaria que se esperaba. Si bien fue reelegido primer ministro por tercer término consecutivo, su partido, el Bharatiya Janata Party (BJP), que aspiraba a ganar hasta 370 escaños en la cámara baja de 543 miembros, obtuvo solo 240. Esta pérdida de escaños clave será el principal reto de gobernabilidad del tercer gobierno de Modi.

El sistema electoral de la India requiere que el partido de gobierno o una alianza aseguren al menos 272 escaños en el Lok Sabha, la cámara baja del parlamento, para formar un gobierno estable. La cámara cuenta con 543 escaños en total, y al dividir este número por dos se obtiene 271.5. Para alcanzar una mayoría simple, se necesita superar este valor, lo que hace que 272 sea el número "mágico" crucial para gobernar con el respaldo de la rama legislativa.

The Economist argumenta que el resultado de las elecciones en India, aunque desestabiliza temporalmente el proyecto del primer ministro Modi para renovar el país, algo que los inversionistas ven con preocupación y que se reflejó en una caída inicial del 6 al 7 por ciento del mercado de valores, en última instancia es beneficioso para la democracia. La necesidad de gobernar a través de una coalición limita el riesgo de gobernar como una autocracia, fortaleciendo a la India como un ejemplo de democracia.


El semanario destaca cómo Modi ha concentrado el poder durante su mandato, utilizando su influencia ejecutiva para implementar políticas que han impulsado el crecimiento económico, pero también, lamentablemente, ha fomentado el chauvinismo hindú. Este chauvinismo es una forma de nacionalismo extremo que promueve la supremacía de la identidad, cultura y religión hindú sobre otras comunidades religiosas y étnicas en India. Esta ideología busca privilegiar a los hindúes y, a menudo, margina o discrimina a las minorías religiosas, como los musulmanes y cristianos, al afirmar que India debe ser una nación predominantemente hindú. 

“…Modi ahora debe adaptarse a un gobierno de coalición, enfrentando una mayor fiscalización parlamentaria”.

Con la pérdida de la mayoría, Modi ahora debe adaptarse a un gobierno de coalición, enfrentando una mayor fiscalización parlamentaria. Aunque esto puede dificultar la implementación de reformas económicas, también abre la puerta a una política más inclusiva, consensuada y duradera, necesaria para abordar los retos del país de manera democrática, gobernando para todos, no solo para los que ganaron las elecciones. 

Por otro lado, en México, Claudia Sheinbaum, la primera presidenta mujer y de origen judío del país, ganó la presidencia con amplias mayorías en el Congreso. The Economist advierte sobre los peligros potenciales de esta concentración de poder, particularmente si Sheinbaum sigue los pasos de su predecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador. AMLO ha gobernado con una mezcla de populismo y autoritarismo, debilitando las instituciones democráticas y promoviendo políticas estatistas que comienzan a obstaculizar el desarrollo económico.

“A pesar de sus credenciales tecnocráticas, existe el temor de que Sheinbaum no tenga la voluntad o la capacidad de romper con las políticas de su mentor”.

Sheinbaum enfrenta tres grandes desafíos donde debe distanciarse del legado de López Obrador: el desorden interno y el crimen que afecta tanto a México como a su relación con Estados Unidos, la necesidad de fomentar el comercio y la inversión, y la urgente tarea de fortalecer la democracia. A pesar de sus credenciales tecnocráticas, existe el temor de que Sheinbaum no tenga la voluntad o la capacidad de romper con las políticas de su mentor. Su reto será demostrar independencia, fomentar la inversión extranjera, especialmente en un contexto de creciente tensión comercial con Estados Unidos, y revitalizar las instituciones democráticas.

Hay peligrosas propuestas de reforma que López Obrador ha intentado implementar y que Sheinbaum debe atajar. Estas incluyen, la nacionalización de sectores estratégicos como la energía, la modificación del sistema electoral para reducir la independencia del instituto electoral, y la elección de jueces mediante voto popular. Además, López Obrador quiere que el ministerio de Defensa asuma el control de las fuerzas de policía y abolir varias agencias autónomas de supervisión regulatoria y que AMLO considera que no sirven para nada, dándole así más poder al gobierno. Aunque es posible que no logre aprobar todas estas reformas antes de que termine su mandato, preocupa que su agenda sea apoyada por el nuevo gobierno de la presidenta electa. 

Al día siguiente de la elección de Sheinbaum, se produjo una fuerte venta del peso mexicano y de las acciones listadas en la bolsa de valores de ese país, con una caída del 6 por ciento en el valor del peso y una disminución del 5 por ciento en el índice bursátil mexicano. Estos indicadores son prueba del temor inicial de los inversionistas ante la excesiva concentración de poder y la posibilidad de que México recorra un camino autocrático bajo el liderazgo de Sheinbaum, si no se aleja de las políticas de López Obrador. 

The Economist destaca que Sheinbaum tiene el desafío de contener el déficit fiscal, que ya supera el 5 por ciento del PIB, mientras financia los programas de transferencias de efectivo y aumentos constantes del salario mínimo, políticas que han sido populares entre los votantes más pobres. Su victoria con el 58% de los votos, superando el porcentaje obtenido por López Obrador en 2018, y el dominio de Morena -el partido de gobierno- en casi todos los estados de México, demuestran el poder de estas políticas redistributivas.

Sin embargo, The Economist señala que Sheinbaum tendrá que ser realista y equilibrar las expectativas de sus partidarios y su partido con la necesidad de tranquilizar a los mercados financieros. La creciente inseguridad y los síntomas de estancamiento que se comienzan a dar en la economía de México deben ser abordados con urgencia. Aunque Sheinbaum ha prometido en su discurso de victoria gobernar para todos los mexicanos, preservar la democracia, trabajar con Estados Unidos y fomentar la inversión privada, la caída de los mercados refleja la incertidumbre sobre si podrá cumplir estas promesas sin seguir el camino populista de su predecesor.

Es evidente la importancia de evitar la tentación autocrática, algo que también es relevante para la democracia colombiana. Nuestro país, como India y México, enfrenta sus propios desafíos en términos de concentración de poder y la necesidad de fortalecer sus instituciones democráticas. La lección principal es que una democracia saludable requiere diversidad de opiniones y la capacidad de gobernar mediante consensos amplios, algo que estamos echando de menos en Colombia. 

La tentación de la autocracia, impulsada por mayorías aplastantes, mayorías que en este momento no existen en Colombia, tiende a erosionar las bases democráticas y, a largo plazo, perjudicar el desarrollo económico y social de un país.

“Los líderes deben ser capaces de adaptarse y gobernar de manera inclusiva, fomentando el diálogo y el consenso”.

Quienes conformamos la democracia y ejercemos el poder popular -como lo llama Gustavo Petro- debemos ser vigilantes y evitar, con nuestro voto, la concentración excesiva de poder. Los líderes deben ser capaces de adaptarse y gobernar de manera inclusiva, fomentando el diálogo y el consenso. Solo así se puede garantizar un desarrollo sostenible y una verdadera estabilidad democrática.
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